La osteoporosis afecta a más de 200 millones de personas en todo el mundo. Esta enfermedad hace que se debiliten los huesos hasta volverse tan frágiles que se pueden romper fácilmente, especialmente los de la cadera, las muñecas y la columna vertebral. Seguir una alimentación equilibrada y adecuada puede prevenirla y hay un alimento, las uvas, que nos puede ayudar a que nuestros huesos estén más fuertes durante más años.
Según la Organización Mundial de la Salud, en España son 3,5 millones las personas (más de dos de esos millones son mujeres) que padecen esta dolencia y entre el 20 y el 25 por ciento de las camas de los departamentos de traumatología de los hospitales están habitualmente ocupadas por pacientes que han sufrido una fractura osteoporótica. Esta enfermedad se incrementa hasta en un 50 por ciento en los mayores de 80 años aunque el 30 por ciento de las personas de más de 65 años pueden sufrir alguna caída como consecuencia de la debilidad ósea una vez al año.
Aproximadamente una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirá una fractura osteoporótica en su vida, y no es un problema de salud para tomarse a broma. Solo en mayores de 70 se contabilizan unas 64.000 fracturas de cadera cada año en nuestro país. Existen diferentes factores que desencadenan esta enfermedad y es el reumatólogo el que debe detectarla y poner al paciente el tratamiento que requiera.
Los poderes de las uvas
Llevar una alimentación saludable y equilibrada, hacer ejercicio y no fumar es fundamental para prevenir esta enfermedad y las uvas deben estar incluidas en la dieta diaria no solo en Nochevieja para tomarlas con las Campanadas, sino durante todo el año. Esta fruta está compuesta principalmente por agua (un 80%) e hidratos de carbono, por lo que es una fuente increíble de energía. El médico griego Hipócrates, considerado el padre de la Medicina, ya apuntaba hace varios siglos a las uvas como uno de los ingredientes más completos para consumir en todas las etapas de nuestra vida.
Su alto contenido en boro, un oligoelemento que es fundamental a nivel nutricional para el metabolismo mineral y óseo, la hacen la fruta perfecta para prevenir la osteoporosis o la descalcificación de huesos. El boro lo que hace es favorecer la fijación de los minerales esenciales (como el calcio, el magnesio y el fósforo) en nuestro organismo y nuestros huesos, por lo que el consumo de uvas está indicado sobre todo en edades avanzadas y en momentos vitales como el embarazo o la menopausia. El alto contenido en vitamina K de esta fruta también contribuye a prevenir esta dolencia.
Pero además de su poder contra la osteoporosis, las uvas también son beneficiosas en la prevención de enfermedades cancerígenas, ya que su alto contenido en antioxidantes hace que se refuerce nuestro sistema defensivo y se retrase por lo tanto el envejecimiento. Esa pequeña fruta que tantas alegrías nos da la última noche del año contiene betacaroteno, ideal para tener una vista de lince durante más años y que protege nuestras mucosas de otros virus que puedan estar en el aire.
Las uvas negras y rojas, que ahora se pueden encontrar en los supermercados durante prácticamente todo el año, son ricas en quercetina y su piel contiene resveratrol, una sustancia química que es aconsejable para reducir el llamado colesterol malo o LDL. Este tipo de uva tiene poder reconstituyente y los expertos afirman que baja los niveles de estrés.
Su ingesta durante el embarazo es una fuente extra de ácido fólico o vitamina B9, fundamental en los primeros meses de gestación para la prevención de la aparición de espina bífida en el bebé. Contiene además vitamina B6, una vitamina relacionada con el desarrollo cerebral tanto del feto como de los niños durante la infancia.
Y a todos estos beneficios que aportan las uvas, tenemos que añadirle que no es un alimento hipercalórico (cien gramos de uvas solo aportan 73 calorías) y que la pulpa de la uva puede usarse también como tónico antiarrugas.
Otros alimentos contra la osteoporosis
Además de incluir en nuestra dieta las uvas, si queremos llegar a mayores con los huesos bien fuertes y resistentes, es necesario tomar alimentos ricos en calcio a diario, que son buenos para la mineralización ósea. Hablamos no solo de lácteos, sino también de pescados como la sardina, verduras como el brócoli o frutos secos (avellanas, sésamo…) y cereales de harina integral.
La vitamina K es otra de las que tiene que estar presente a través de hortalizas de hoja verde y frutas como el kiwi. Igual que el magnesio, que lo encontramos en lácteos, huevos, espinacas, plátanos, alcachofas y las pasas; el fósforo, presente en nueces, queso, carne y pescados; y la vitamina D, que está en pescados grasos (atún, salmón), en la leche de vaca y en otras vegetales como la de soja o arroz.
Causas de la enfermedad
Según la Fundación Española de Reumatología, durante la vida se producen muchos cambios metabólicos “que alternan fases de destrucción y formación de hueso. Estas fases están reguladas por distintas hormonas, la actividad física, la dieta, los hábitos tóxicos y la vitamina D, entre otros factores”.
Es a partir de los 35 años cuando comienza la pérdida natural de la masa ósea y en las mujeres ese proceso se acelera debido también a la menopausia. Existen muchas otras causas de osteoporosis: “alcoholismo, fármacos (glucocorticoides, tratamiento hormonal utilizado para el tratamiento de cáncer de mama y de próstata…), enfermedades inflamatorias reumáticas, endocrinas, hepáticas o insuficiencia renal, entre otras”.
¿Tiene síntomas concretos?
A la osteoporosis se la conoce como epidemia silenciosa debido a que no manifiesta síntomas físicos hasta que el hueso está tan debilitado que pueden aparecer fracturas. Por supuesto, lo más recomendable es acudir a un reumatólogo que haga las pruebas necesarias para determinar que el paciente padece esta enfermedad o está aún en una fase previa y poder tratarlo. El objetivo del tratamiento siempre es evitar las fracturas y en algunos casos se puede recetar algún suplemento rico en calcio y vitamina D.
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