La vaginitis alérgica es una condición en la que la vagina experimenta irritación e inflamación como resultado de una reacción alérgica a ciertas sustancias. A diferencia de la vaginitis infecciosa, que generalmente es causada por bacterias, hongos o virus, la vaginitis alérgica se desencadena por una respuesta inmunológica exagerada a alérgenos específicos.
La inflamación vulvar no tiene por qué ser siempre de carácter infeccioso, sino que puede tener un origen alérgico. La vaginitis alérgica o irritativa puede producirse por el uso de algunos tejidos de la ropa interior, látex de los preservativos, compresas, salva-slips, determinados cosméticos o detergentes para lavar las prendas que están en contacto con el cuerpo.
El color negro es el favorito de muchas mujeres para vestir. Estiliza, aporta elegancia y siempre es un acierto. Lo mismo sucede con la ropa interior. La mayoría de las mujeres tienen braguitas y sujetadores negros en su cajón de la lencería. Sin embargo, muchos expertos advierten que este color podría ser un inconveniente para la salud vaginal, ya que la exposición a los productos químicos es mayor en la ropa de tonos oscuros que en las prendas blancas o de colores claros.
Por eso, los tintes utilizados para teñir la ropa interior oscura pueden irritar la vulva y provocar alergias o picazón. Además, este riesgo aumenta si las prendas son sintéticas, como la licra, el poliéster o la seda artificial, que son poco transpirables y pueden promover la proliferación de hongos, infecciones, erupciones o inflamación.
Ir al ginecólogo por tener picores vulvares (vulvovaginitis) es uno de los motivos de consulta más frecuente. De hecho, aproximadamente un 25 por ciento de las pacientes que consultan al ginecólogo lo hacen por este motivo. No debemos confundir la vaginosis, que es una infección de la vagina, con la vaginitis, que se refiere a la inflamación de la vagina y puede estar causada por una vaginosis u otros factores, como una alergia, irritantes, o una disminución de las hormonas femeninas, los estrógenos.
Tipos de vaginitis
Los tipos más frecuentes de vaginitis son:
- Vaginosis bacteriana. La vaginosis bacteriana se produce por la proliferación excesiva de bacterias que se encuentran naturalmente en la vagina, lo que altera el equilibrio natural de esta.
- Candidiasis vaginal. Esta afección generalmente aparece debido a un hongo que se encuentra naturalmente en la vagina, llamado Candida albicans.
- Tricomoniasis. La tricomoniasis se produce por un parásito y se suele transmitir sexualmente.
Siempre lo mejor es consultar con tu médico de cabecera o acudir al ginecólogo para que él, a través de las pruebas pertinentes, determine de qué tipo de problema se trata y cuál es el mejor tratamiento para solucionarlo.
Qué desencadena la vaginitis alérgica
Los alérgenos que pueden desencadenar la vaginitis alérgica serían:
- Productos de higiene personal: Pueden contener sustancias químicas, fragancias, colorantes u otros ingredientes a los que algunas personas pueden ser alérgicas.
- Lubricantes o espermicidas: Algunas personas pueden ser alérgicas a los productos químicos utilizados en lubricantes, espermicidas u otros productos sexuales.
- Tejidos y detergentes: La ropa interior hecha de ciertos materiales o lavada con detergentes que contienen sustancias irritantes puede desencadenar una reacción alérgica en algunas personas.
- Látex: Los preservativos, diafragmas y otros productos que contienen látex pueden causar alergias en algunas personas.
Síntomas de la vaginitis alérgica
Los síntomas de la vaginitis alérgica pueden incluir picor, enrojecimiento, inflamación, ardor y secreción vaginal. Es importante consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado, ya que los síntomas de la vaginitis pueden ser similares en diferentes causas y un tratamiento incorrecto podría empeorar la situación. Estos algunos de los síntomas más frecuentes:
- Picor o escozor. Puede experimentarse una sensación de picor intenso en la zona vaginal.
- Enrojecimiento. La piel alrededor de la vagina puede volverse roja e inflamada.
- Ardor. Se puede sentir una sensación de ardor o quemazón en la vagina.
- Inflamación. La zona vaginal puede hincharse debido a la irritación.
- Secreción. Puede haber un aumento en la secreción vaginal, que puede variar en cantidad y consistencia.
- Dolor durante las relaciones sexuales. La irritación y la inflamación pueden causar molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
En caso de secreción vaginal, las características de la secreción pueden indicar el tipo de vaginitis que tienes. Algunos ejemplos incluyen los siguientes:
- Vaginosis bacteriana. Probablemente desarrolles una secreción de color blanco grisáceo con olor desagradable.
- Candidiasis. El principal síntoma es la picazón, pero podrías tener una secreción blanca y espesa.
- Tricomoniasis. La infección llamada tricomoniasis puede ocasionar una secreción amarillo verdosa, a veces espumosa.
Tratamiento
El tratamiento de la vaginitis alérgica implica identificar y evitar el alérgeno desencadenante. Pueden recomendarse antihistamínicos o cremas corticosteroides para aliviar los síntomas. Si sospechas que podrías tener vaginitis alérgica, es fundamental buscar la orientación de un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
El tratamiento más eficaz, como decíamos, empieza por identificar el alérgeno y evitar su uso, porque la zona íntima es especialmente sensible, ya que “la vagina es una mucosa que no está protegida por piel (salvo la parte externa) y las mucosas están mucho más expuestas y son más vulnerables a las infecciones”, nos explica Belén Gómez, ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora habitual de Chilly.
Lo ideal es utilizar ropa interior blanca y de algodón. Esto no quiere decir que en alguna ocasión especial no se pueda usar una braguita de encaje negro o que recibamos el año con un conjunto de seda rojo, lo que no se recomienda es su uso diario. Para evitar este tipo de vaginitis y cualquier otro, también es imprescindible utilizar siempre un gel específico para la zona íntima con un pH indicado para dicha área y para las características de la piel de cada mujer.
No debemos usar desodorantes ni geles de ducha normales, porque según la doctora Gómez, “pueden agredir el ecosistema vaginal. En cambio, un gel de higiene íntima tiene un pH más ácido, agentes limpiadores más suaves y además está testado bajo control ginecológico”. El uso de productos específicos para la zona íntima ayudarán a mantener la salud vaginal y los niveles ideales del pH.
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