Nadie discute el valor cultural y simbólico de un vino. Es un producto que va más allá del clásico regalo y posee otras connotaciones siempre interesantes.
Tintos peculiares y con ‘alma’
Si nos invitan a cenar, y siempre que se avise al anfitrión, es el obsequio ideal para dar el toque perfecto. También si queremos sorprender en una reunión de amigos o poner ese toque vinícola en alguna fiesta donde reinan los destilados y el vino brilla por su ausencia. Pero eso sí, no vale con ir a cualquier vinoteca y desembolsar el dinero solamente. Porque el vino no es un objeto cualquiera. Detrás de cada vino suele haber una bonita historia, unas cuantas peculiaridades, tradición, cultura… y el trabajo de muchos hombres que han puesto todo su empeño en que ese vino que estás tomando llegue a buen puerto.
El vino es un arma cargada de poesía
Es la parte poética del vino y nada desdeñable. Desde los agricultores que sufren cada cosecha cuando llegan ciertas condiciones climatológicas perjudiciales para el viñedo al enólogo que toma decisiones continuamente para sacar lo mejor de la cosecha (fecha de comienzo de la vendimia, etc…) y, por supuesto, el bodeguero. Cada año han de examinarse de nuevo, sube el telón y comienza otra función rodeada de circunstancias distintas e imprevisibles.
Es bonito profundizar en la historia de ese vino para que aquellos que lo beben puedan valorar de una manera más profunda y cercana aquello que está en la copa
En el mapa vitivinícola español no falta una gran variedad de vinos. Cada año se amplía el abanico en tipos de uva, zonas… Además de elaborarse cada vez mejor- los que llevamos años en esto lo certificamos-, detrás de cada vino suele haber una historia. Un relato que transmitir a los que beben ese vino para que puedan valorar de una manera más profunda y cercana aquello que está en la copa.
Con valor añadido
Es un ejercicio divertido, curioso, ameno… seguro que tus amigos o anfitriones lo agradecerán. Puedes regalar vinos especiales y diferentes, en definitiva, vinos para quedar como un príncipe (rey o emperador) porque poseen ese valor añadido de ser originales. Te traemos tres vinos especiales con una bonita historia detrás.
Tesalia 2016
- B. Tesalia/ VT de Cádiz
- PVP recomendado: 30 euros
Uno de los vinos más singulares de Andalucía. Está elaborado en Arcos de la Frontera (Cádiz) por la familia Golding- diez años ya asentados en la zona-, asesorados por dos primeras espadas del vino: el enólogo Ignacio de Miguel y el ‘Master of Wine’ Cees Van Casteren. Un plantel de lujo para el que ya llaman “Grand Cru” de Andalucía del que una de sus cualidades más llamativas son las variedades con las que está hecho. Un coupage de las uvas foráneas Petit Verdot (65%), Syrah y Cabernet Sauvignon, junto a la nacional Tintilla de Rota, una combinación nada habitual aunque es verdad que ésta uva, tras estar prácticamente desaparecida, cada vez toma más auge. Un vino criado durante 12 meses en roble francés. Elegante, original, complejo y sofisticado tinto.
Citius 2014
- B. Alta Pavina/ VT Castilla y León
- PVP recomendado: 23 euros
La uva pinot noir, clásicamente francesa y con la que se elaboran algunos de los mejores vinos del mundo (Borgoña entre otros), se da muy poco en nuestro país. Se trata de una uva delicada, de difícil adaptación y algo frágil a los agentes externos… tanto que también es conocida como ‘uva del diablo’. Pero los hermanos Diego y Hugo Ortega no han tenido miedo y apostaron por ella desde el principio en su bodega Alta Pavina, enclavada en tierras de Valladolid, donde fue cultivada a 1.000 metros de altitud. Un proyecto pionero y valiente que les ha dado unos estupendos resultados: recientemente han obtenido una medalla de oro en el concurso ‘Mondial de Pinots’. Todo un logro con este vino que pasó 18 meses en roble francés y resulta ligero (la pinot noir siempre), mineral y aromático. Nariz elegante y delicada. Fresco y con nervio
Finca Monasterio 2016
- B. Barón de Ley/ D.O. Ca. Rioja
- PVP recomendado: 18 euros
Tomen nota. Últimamente entre los expertos se habla de ‘riojas mediterráneos’, vinos que resultan algo más golosos de la media, quizás porque la vendimia fue algo tardía o la uva disfrutó de mucho sol en la cepa, lo que potencia los azúcares; hace años fueron denominados vinos ‘de alta expresión’. Por una razón o por otra, estamos ante un ‘rioja mediterráneo’ que además estrena imagen en este 2016 y que coincide con la inauguración de nuevas instalaciones en Mendavia y la incorporación de Pablo Tascón como enólogo. Este tinto 100% tempranillo, ha madurado 18 meses en barricas nuevas de roble francés y medio año en fudres (10.000 litros). Un vino intenso, sabroso y expresivo, de notas golosas. Mejor decantarlo un poco antes para eliminar esos toques agrestes que conserva en botella. Un vino que es un valor seguro y, dentro del clasicismo, resulta distinto y original.
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