Para provocar sueños más vívidos, como ambientador natural en el baño o como hierba medicinal tradicional: el laurel tiene mucho más usos a parte de acompañar nuestros guisos y platos. Así, la hierba cada día sorprende con un nuevo uso o aplicación. Fresco o seco, las hojas tienen distintas funciones.
El laurel seco destaca por dos características fundamentales: un menor amargor y un aroma intenso. Esto, combinado con la mayor facilidad de conservar esta pequeña hierba, hace de esta forma una de las más populares. Así, se han ido creando variaciones: el laurel en polvo no es otra cosa que laurel seco molido.
Freidora de aire y laurel
Para secar unas hojas de laurel, basta con utilizar una freidora de aire. A 180 grados, media hora será suficiente para que estén listas para utilizarlas. Además, para aquellos que no tengan este electrodoméstico, un horno también podría servir, así como la forma más tradicional -y eso sí, que más tiempo necesita-. Esta última consiste en dejar la hierba al sol durante unos tres días en una pequeña bandeja.
Usos del laurel seco
Las hojas de laurel seco tienen distintas aplicaciones en la cocina: acompañar legumbres, dar un gusto especial a los guisos de carne o dar sabor en distintos platos de verduras. Pero no se reduce a eso: también es posible disfrutarlas en bebidas. Una hoja de laurel seca basta para hacer una infusión rica y sana.
Para preparar una infusión de laurel, tan solo es necesario añadir una pequeña hoja seca al agua en ebullición. Esta debe reposar alrededor de diez minutos para soltar todo su sabor. Además, para aquellos que quieran aumentar la intensidad de la bebida, un consejo: añade un chorrito de limón o canela.