El yuzu es uno de los superalimentos de los que más oirás hablar en los próximos meses. Se trata de un cítrico cuyo aspecto es muy similar al del limón pero tiene un color más amarillo y más brillante y una piel más rugosa. Es originario de Japón (aunque también se cultiva en China y Corea) y sale de la mezcla de dos variedades: la pepeda ichang (un cítrico) y la mandarina agria (un híbrido entre pomelo y mandarina).
Cuenta con un aroma único y un sabor excepcional y ya está incluido en la famosa lista de superalimentos por sus grandes beneficios para la salud. Este cítrico japonés está considerado una verdadera joya de la alimentación debido a que tarda entre 15 y 20 años en crecer, motivo por el que es un alimento muy apreciado en buena parte del mundo (y sobre todo entre los llamados foodies).
No llega a ser tan dulce como el sabor de la naranja pero tampoco tan ácido como el limón, por lo que su uso es apropiado para platos dulces, salados e incluso para tomar en forma de licuado o zumo (eso sí, tiene muchas pepitas y no produce tanto zumo como un limón tradicional).
Beneficios de este superalimento
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, que un alimento sea considerado un superalimento no significa que tenga super poderes ni que únicamente con comerlo obtengamos beneficios inmediatos para nuestra salud general. Como siempre, lo ideal es llevar una alimentación equilibrada y saludable, hacer cinco comidas al día como recomienda la Organización Mundial de la Salud y practicar ejercicio varios días a la semana. Pero es cierto que incluir estos ingredientes en nuestra dieta diaria nos puede aportar beneficios extra que nunca están de más.
En el caso del yuzu, contiene un buen nivel de ácidos orgánicos como el málico y el cítrico. El primero es un aditivo alimentario que nos ayuda a regular la acidez estomacal, por lo que favorece también las digestiones más ligeras. El ácido cítrico es un buen antioxidante que ayuda a mantener más fuertes articulaciones y huesos, así como a una piel más tersa y sin arrugas.
Como cualquier otro cítrico, este limón japonés cuenta con una buena dosis de vitamina C (tiene tres veces más cantidad que un limón verde), lo que hace que tengamos un sistema inmunológico más fuerte y nos mantiene más lejos de posibles virus o catarros. Es rico en fibras alimentarias (sobre todo en pectina) y contiene aceites esenciales como el pineno, el limoneno y el citral.
Poder hidratante y relajante
A esto le tenemos que sumar que también tiene otros nutrientes como la vitamina E, minerales como el magnesio y el calcio y flavonoides, potasio y colágeno, lo que ayuda a retrasar el envejecimiento. De hecho, sus semillas se usaban de manera tradicional para tratar problemas dermatológicos como la irritación cutánea y ahora se usa también en cosmética para diferentes problemas de la piel como la deshidratación o para mejorar la circulación.
Su poder antioxidante ayuda a dar energía a las pieles apagadas por la edad o factores externos como la contaminación. El yuzu estimula la circulación sanguínea, es antiinflamatorio y tiene un efecto antimicrobiano. Tiene también ‘super poderes’ relajantes y en Japón se utiliza en forma de aceite de esencia para darse un baño de agua templada.
Cómo tomar yuzu
Igual que los tradicionales limones, el yuzu puede ser consumido como fruta pero sobre todo en forma de zumo. Lo puedes añadir a platos como un tartar de atún en el aderezo, pero también en guisos, en forma de sorbete helado -ideal para cuando empiece el verano-, como gelatina, en postres dulces para aromatizar, en ensaladas e incluso para hacer una deliciosa y saludable mermelada.
Puede tomarse en zumo e infusión e incluso añadir unas gotitas a un cocktail para darle un toque cítrico. También lo puedes encontrar en forma de pasta o deshidratado, aunque su precio es mayor.
En la cocina japonesa se utiliza habitualmente para hacer salsa ponzu, una especie de vinagreta que se añade tanto a tartares como a carnes, pescados o pasta. Consiste en mezclar vinagre de arroz, una cucharada sopera de katsuobushi (bonito o atún seco, fermentado y ahumado, en finas lascas), soja, mirin (un tipo de sake dulce con poco porcentaje de alcohol) y el zumo de yuzu. Puedes encontrar todos estos ingredientes en tiendas especializadas en cocina japonesa y en muchos grandes almacenes con zona gourmet.
En Japón, concretamente en la isla de Shikoku, Kyoto y Kyushu, se lleva a cabo un baño caliente de yuzu durante el solsticio de invierno (el 21 diciembre, momento en el que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste) para purificar el cuerpo y que el yuzu transmita a través del agua sus propiedades más beneficiosas.
Un poquito de historia
Aunque está considerado un fruto japonés y es el país que más produce y consume este ingrediente, lo cierto es que las primeras referencias que hay del yuzu están en el interior de China, cerca del río Yangzi Jiang. A través de la península de Corea fue llevado a Japón durante el Período de Nara, en el año 710, y fueron los agricultores japoneses los que comprobaron la versatilidad del yuzu. Comenzó primero a utilizarse en la medicina para después pasar a formar parte de su cocina milenaria.
Su arbusto es muy resistente a las bajas temperaturas y su época de apogeo es la primavera, sobre todo en los meses de abril y mayo, pero los frutos más jugosos se recogen a mediados de noviembre.
¿Qué es un superalimento?
Seguro que has oído hablar de ellos. El jengibre, la canela, el açai, el brócoli, los arándanos… todos forman parte de este grupo de ingredientes que cuentan con un alto contenido en vitaminas, minerales y un elevado valor proteico. No es un término oficial ni médico, pero Melissa Conrad Stöppler, doctora en Medicina por la Universidad de Virginia hizo una descripción que nos da una idea de en qué consisten: “El superalimento es un término no médico para referirse a los alimentos que pueden tener propiedades que preservan la salud, reduciendo el riesgo de enfermedades y mejorando el estado físico y emocional”.
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