La progresiva robotización de la economía es un proceso que provoca tanta fascinación como recelos por las implicaciones que tiene en términos de brecha digital o de cambios en el mercado laboral. Sin embargo, está más que demostrado que, bien empleada, la digitalización no solo no supone una amenaza para usuarios y trabajadores, sino que abre infinitas posibilidades para mejorar la vida de las personas.
En el caso de ABANCA, este proceso de robotización está permitiendo a la entidad transformar la manera en la que ejecuta miles de procesos repetitivos o de escaso valor añadido. Como resultado, se reducen de manera significativa los tiempos de respuesta de cientos de procesos y tareas, lo que redunda en una mayor eficiencia y mejor atención a los clientes.
Gracias a la robotización, ABANCA libera más de 220.000 horas anuales en 450 tareas
Paradójicamente, la robotización está permitiendo a la entidad tener un trato más cercano y humano con sus clientes, ya que, destacan desde ABANCA, “la automatización de este tipo de tareas libera tiempo y recursos que pueden ser volcados en actividades comerciales y de atención a las personas”.
Otra ventaja que aporta la robotización de procesos es que permite reducir los errores en la operativa del banco. Esto es así porque muchas de las tareas ahora automatizadas tenían un alto componente de repetitividad o requerían de conexiones con plataformas de otras entidades e instituciones, por lo que eran susceptibles de generar fallos de transcripción.
Mayor eficiencia
Esta tecnología se ha convertido en una herramienta adicional que permite a los equipos ser más eficientes y avanzar en el concepto de “equipos aumentados”, es decir, grupos de trabajo que, gracias al uso de diferentes tecnologías, son capaces de incrementar su productividad y ser más eficientes.
Robotización ‘liberadora”
El banco inició su proceso de robotización en 2016. En su primer año esta tecnología ya permitió liberar cerca de 10.000 horas de trabajo. Hoy la entidad es un referente en su sector en la adopción de estas tecnologías, con unas estimaciones para 2022 de más de 220.000 horas liberadas y cerca de 450 tareas diferentes robotizadas. Y es que, “la experiencia acumulada en estos años y el conocimiento específico de las distintas áreas permiten incrementar de manera continua el catálogo de operaciones que ya se benefician de esta tecnología”, destacan fuentes de la compañía.
ABANCA ha robotizado ya una gran cantidad de tareas, algunas de las cuales son muy especializadas y se ejecutan de forma muy específica. Los robots de software permiten, por ejemplo, comprobar que un expediente de financiación oficial cumple con la documentación que requiere la administración correspondiente. A través de la verificación de estos datos, el banco se anticipa y evita enviar expedientes incompletos o que causen requerimientos, de una manera más ágil y transparente.
Un éxito de gestión durante la pandemia
La concesión de financiación a través de créditos ICO durante la pandemia sirvió para comprobar el buen funcionamiento de esta tecnología. El banco robotizó muchas de las tareas necesarias para que se desencadenara la concesión de la operación, y que concluyen con el abono del préstamo al cliente. “A través de controles automatizados, ABANCA es capaz de validar la información y abonar los préstamos tramitados, en el 99% de los casos, al día siguiente de su formalización”, explican desde el banco. De esta forma, se evita que los clientes tengan que desplazarse físicamente a las distintas administraciones para presentar documentación.
Para ABANCA el uso de esta tecnología contribuye a ofrecer un mejor servicio a los clientes. En definitiva, resumen, “se trata de identificar aquellas partes del proceso donde un robot puede suponer una ventaja competitiva, ya sea en tiempo de respuesta, reducción de fallos o gestión ingente de información”.
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