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El autobús del talento de Cañada Real

Al cumplir los 16 años y acabar la educación obligatoria, los jóvenes de Cañada Real se quedan aislados. Ya no pueden acceder a la ruta escolar y no hay transporte

Al cumplir los 16 años y acabar la educación obligatoria, los jóvenes de Cañada Real se quedan aislados. Ya no pueden acceder a la ruta escolar y no hay transporte público que conecte la barriada con la ciudad. Hasta hace un año tenían que recorrer tres kilómetros campo a través hasta alcanzar el metro más cercano, en el barrio de Vallecas. Tres kilómetros de barrizal si llueve o a oscuras en las mañanas de invierno, que muchos padres y madres prohíben hacer a sus hijas por precaución, impiden que puedan seguir con su formación.

Desde el pasado curso escolar la Fundación Mutua Madrileña financia una línea de autobús para que estos jóvenes puedan trasladarse desde Cañada Real a la estación de metro y cercanías de Sierra de Guadalupe, en el barrio de Vallecas. Para ellos, la estación es la puerta de acceso a cualquier punto de Madrid. La ruta, que gestiona la asociación El Fanal, la puso en marcha la Fundación Mutua Madrileña en virtud de un acuerdo con la Consejería de Vivienda de la Comunidad de Madrid.

La falta de medios de transporte es una de las causas que inciden en el alto abandono de estudios de los jóvenes que residen en Cañada Real

La falta de medios de transporte es una de las causas que inciden en el alto abandono de estudios de los jóvenes que residen en Cañada Real y una reivindicación histórica de las familias y de las entidades sociales que trabajan en la zona.

Hace unas semanas arrancó el segundo curso de autobús, que ha resultado ser un éxito: ya hay emitidos 45 carnés para subir a un autocar que tiene en total 52 plazas. Son estudiantes que van y vuelven de Cañada Real a Madrid para coger el metro e ir a distintos centros a estudiar desde ciclos formativos de FP, Bachillerato o grados universitarios.  “La existencia del autobús, que parece una tontería, amplía mucho que ellos puedan decidir qué estudiar, porque antes estudiaban los que estaban cerca de Cañada, ya que tenían que ir andando… Pero ahora pueden elegir porque se pueden desplazar más lejos. Y esto lo hemos notado solo en un año”, explica Rocío Díaz, educadora social, coordinadora de los proyectos de juventud de la Asociación El Fanal y responsable de la gestión del autobús.

Durante el curso pasado el autobús sirvió para que los chicos y chicas pudieran acceder a bibliotecas y estudiar o seguir las clases online

El curso pasado el autobús sirvió para que los chicos y chicas pudieran acceder a bibliotecas y estudiar o seguir las clases online en un invierno de pandemia en el que Cañada Real ha estado con cortes de luz. “Este autobús ha permitido que lo que podía llegar a ser un desastre, un abandono escolar, no lo haya sido”, señala Rocío.

La integración social es otro de los logros de la ruta: “Me encuentro diariamente con jóvenes con indefensión aprendida, que no se ven capaces de hacer nada, y o se trabaja con ellos o siguen estancados. No se relacionan con gente de fuera, y esta es otra de las ventajas del autobús. Es mucho más rico que salgan fuera a formarse. Porque se pueden hacer muchas cosas en Cañada Real, pero al final la integración se hace fuera”, concluye Rocío Díaz. Sin duda, esta ruta de autobús es una llave para el futuro de estos chavales.

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