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Biocombustibles, al rescate del mar

La descarbonización de sectores de compleja electrificación como el transporte marítimo está mucho más cerca de hacerse realidad gracias a los combustibles renovables

El transporte marítimo, tanto de pasajeros como de mercancías o para actividades pesqueras o militares, es una actividad que se remonta a las primeras civilizaciones y que ha permitido al ser humano conquistar todos los confines de un planeta que, no lo olvidemos, está cubierto en dos terceras partes de su superficie por agua. Ya los fenicios, alrededor del año 1200 a.C., fueron unos grandes navegantes que desplegaron su imperio comercial por todo el Mediterráneo. Hoy, este medio de transporte no solo no ha perdido vigencia, sino que sigue siendo el sistema más utilizado para el intercambio de mercancías a nivel internacional. Según datos de Naciones Unidas, el comercio marítimo alcanzó en 2021 un total de 11.000 millones de toneladas de mercancía transportadas, lo que equivale al 90% del transporte mundial, y las previsiones para los próximos años auguran crecimientos moderados pero constantes de estos volúmenes. Y es que, en un mercado global como el actual, las conexiones por mar son esenciales para que el mundo siga en funcionamiento.

El comercio marítimo alcanzó en 2021 un total de 11.000 millones de toneladas de mercancía transportadas, el 90% del transporte mundial

Ahora bien, esta prevalencia del transporte por el agua frente a otros medios no tiene por qué entrar en conflicto con el cuidado del medioambiente, y tanto la industria naviera como el sector energético están volcando sus esfuerzos para lograr soluciones que reduzcan la huella de carbono de las flotas y permitan a estas continuar desarrollando su vital actividad.

La apuesta son los biocombustibles

El impulso del uso de combustibles renovables y medidas de eficiencia energética son los principales instrumentos con los que se quiere dar una nueva orientación en clave sostenible al tránsito marítimo. En este contexto, productos como el amoniaco y el metanol verdes se presentan como soluciones de futuro, pero hasta que estos derivados del hidrógeno verde alcancen cierto desarrollo, los biocombustibles se posicionan como la alternativa más viable y que mejores resultados está ofreciendo.

El impulso del uso de combustibles renovables y medidas de eficiencia energética son los principales instrumentos con los que se quiere dar una nueva orientación en clave sostenible al tránsito marítimo

Estos combustibles de procedencia orgánica pueden tener unos niveles de emisiones netas de CO2 en todo su ciclo de vida de hasta un 90% inferiores a los de los combustibles fósiles tradicionales en función de la materia prima de procedencia, además de ser perfectamente compatibles con los motores empleados por los barcos actuales, lo que hace que puedan utilizarse desde ya. Todo ello convierte a los biocombustibles en una alternativa real para impulsar la descarbonización de un sector tan esencial como el marítimo.

Biocombustibles, al rescate del mar.
Barco de pasajeros repostando biocombustibles.

Biocombustibles a bordo

Con el objetivo de avanzar en la descarbonización del transporte pesado, incluido el marítimo, Cepsa, en el marco de su estrategia Positive Motion, aspira a liderar la fabricación de biocombustibles en España y Portugal. Y no solo ha comenzado a producirlos, también los está comercializando. Hoy en día la energética ya cuenta con la capacidad para suministrar a través de barcos mezclas de biodiésel y diésel renovable con combustible convencional en los puertos de Barcelona y el área del estrecho de Gibraltar, además de por camión cisterna en más de 60 puertos de España. Por ejemplo, el pasado mes de agosto se realizaron 84 viajes en ferri con biocombustibles de segunda generación, procedentes de residuos agrícolas, para cruzar el Estrecho. La experiencia fue pionera, ya que se trataba de la primera vez que barcos de pasajeros utilizaban este tipo de combustibles sostenibles en España. Los ferris zarparon desde el Puerto de Algeciras con un 15% de diésel renovable en sus depósitos, producido en el Parque Energético San Roque.

De este modo, las navieras pueden adelantarse a los objetivos que marca la Unión Europea a través de su política FuelEU Maritime, que busca reducir la intensidad de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en el transporte marítimo un 2 % en 2025, un 6 % en 2030 y un 80 % en 2050 respecto a los niveles de 2020.

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