No son 100, como sugiere su topónimo, pero sí muy numerosos los pozos que discurren discretamente bajo la superficie de esta localidad de la comarca de Las Vegas y La Alcarria de la Comunidad de Madrid. Y es que, aunque Ciempozuelos es hoy conocida, entre otras cosas, por ser la localidad natal del arquitecto de La Cibeles, Ventura Rodríguez, su bonito casco antiguo o la excelencia sanitaria del Hospital San Juan de Dios –desde hace más de un siglo referente nacional e internacional en el cuidado de la salud mental–, la historia de este pueblo ha estado íntimamente ligada al agua. Primero a través de las muy próximas Salinas de Espartinas, una explotación de sal que se remonta a la Edad de Bronce; y, más tarde, por esas características canalizaciones subterráneas que recorren las tripas del caso urbano como las venas de un ser vivo, las llamadas “minas de agua”, que permitieron abastecer de agua a toda la zona.
Las Salinas Espartinas
Ciempozuelos actúa como puerta de entrada al Parque Regional del Sureste, junto al río Jarama. Allí, en el barranco de Valdelachica, se encuentra un singular yacimiento arqueológico que fue el centro de una intensa actividad económica en el área durante muchos siglos y que abasteció de sal a toda la meseta.
Los orígenes de las salinas Espartinas se remontan a la Edad de Bronce y fueron explotadas hasta los años 60 del siglo XX. Con el tiempo, además de sal común, la explotación de las minas permitió extraer sulfato sódico para la fabricación de sosa cáustica, jabones, vidrios, papel o blanqueantes. Una próspera industria que incluso tuvo sus repercusiones científicas. “En España se han descubierto muy pocos minerales, pero uno de esos hallazgos tuvo lugar en Ciempozuelos: la thenardita, descubierta en 1826 por el fabricante de jabones Rafael Rodas y el químico Jose Luis Casaseca”, explica Verónica Fuentes, técnica de Turismo del Ayuntamiento de Ciempozuelos.
Los orígenes de las Salinas Espartinas se remontan a la Edad de Bronce y fueron explotadas hasta los años 60 del siglo XX
Diversas rutas de senderismo llegan hasta las salinas, en las que aun puede apreciarse una balsa de decantación en perfecto estado. Pese a estar declaradas bien de interés cultural, las Salinas de Espartinas se encuentran en propiedad privada, por lo que es necesario solicitar permiso para visitarlas.
Arte religioso
La arquitectura religiosa tiene una singular importancia en el casco urbano de Ciempozuelos. Son varias las construcciones sacras de gran valor patrimonial las que se esparcen por sus calles. La principal es la Iglesia renacentista de Santa María Magdalena. Levantada entre finales del siglo XV y principios del s. XVI, su imponente torre campanario, construida con sillares de piedra caliza, domina todo el pueblo. Del interior, muy destacables el retablo barroco y un oleo de Claudio Coello.
Otro edificio singular es el convento de las las Clarisas, ubicado en pleno centro de la ciudad. Con una fachada claramente diferenciada en dos partes (residencia a la izquierda; iglesia a la derecha), su edificio barroco es del siglo XVII. Aunque las hermanas Clarisas ya no residen en su interior, todavía es posible admirar intacto el torno en el recibidor de la entrada al que los visitantes acudían a adquirir sus dulces y a dejar huevos a las monjas, como marca la tradición desde la época medieval, para asegurarse de que no lloviera en el día de su boda.
Ermita de Nuestra Señora del Consuelo
Mención aparte merece la Ermita de Nuestra Señora del Consuelo. Originariamente dedicada a San Sebastián, a partir del año 1600 se trasladó allí la Sagrada Imagen de la Virgen de La Antigua, hoy, por votación popular, bajo la advocación de Nuestra Señora del Consuelo. “La ermita fue muy importante en su día y pronto ganó fama de milagrosa”, explica Julio Mora, vicepresidente de la junta de la Ermita de Nuestra Señora del Consuelo. La leyenda habla de una mujer inválida que llegó en carro desde Leon, un carro que fue el origen de la actual carroza en la que sacan la talla de la Virgen y, que como describe Julio Mora, “es una representación del Apocalipsis”.
Una fachada en dos pisos da paso a una sencilla nave central, separada del altar por una reja neoclásica. Cúpula y paredes están recubiertas por frescos que representan la ascensión de la Virgen. “El arte de la ermita es un canto a la mujer, aquí están representadas Judith, Jael, Santa Inés o la Reina de Saba”, explica el vicepresidente de la junta de la Ermita.
Los frescos son de autoría es desconocida, aunque estudios realizados recientemente de la pigmentación y el estilo descubrieron en ellas el rastro del maestro Juan Jordán o, al menos, el de sus discípulos. La imagen de Nuestra Señora la Virgen del Consuelo fue donada por la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en 1941, cuyo fundador, el sacerdote italiano San Benito Menni, también está representado en la ermita.
Casco Histórico
Cienpozuelos también ofrece al visitante un casco histórico lleno de vida y lugares de interés. El viejo Matadero, el Ayuntamiento o el antiguo consistorio son edificios que dejan testimonio de la Historia de la ciudad. Y también sus plazas, como la de la Constitución, con sus edificios porticados en madera; la Plaza Mayor, punto de acceso a las minas de agua, o la plaza dedicada a Ventura Rodríguez (1717-1785), hijo ilustre de la ciudad y cuyo monumento, erigido en 1997, es centro neurálgico y lugar de reunión para los residentes. Un monumento y una fuente que, recuerda Verónica Fuentes, se levantaron en un momento de gran importancia para el desarrollo del pueblo. “Es un periodo de grandes transformaciones: llegan el agua corriente y la electricidad, se construye el matadero y se levanta esta plaza, primer parque urbano del municipio”.
Las Minas de Agua
Pero, sin duda, una de las grandes singularidades de Ciempozuelos son las llamadas minas de agua. Y es que toda la localidad está literalmente levantada sobre un intrincado sistema de galerías subterráneas por las que circulaba el agua para abastecer a las fuentes públicas, abrevaderos y aljibes, y que también servían para regar los campos y huertos de la vega. “No sabemos a ciencia cierta la antigüedad real de estas minas, pero sí está documentado que el asentamiento de Ciempozuelos como población y la construcción de las primeras galerías fueron la par, lo que nos lleva a pensar en comienzos del Siglo XIV”, señala Verónica Fuentes.
El suelo yesifero de la zona permitía una fácil excavación, lo que hizo que proliferaran estas minas, siguiendo el estilo de construcción de romanos y musulmanes. Declarados patrimonio hidráulico subterráneo, estos “acueductos bajo tierra” se extienden a lo largo ancho del subsuelo del municipio, un laberinto de galerías en los que también abundaban las bodegas y los pozos. Hoy, ya no hay tinajas en las bodegas, pero aun es posible visitar algunas de estas minas en muy buen estado de conservación.
Más información: https://vegasyalcarriamadrid.com/pueblo/ciempozuelos/
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