Alcanzar la neutralidad climática en 2050. Ese es el objetivo hacia el que la humanidad está dirigiendo todos sus esfuerzos, como se está poniendo de manifiesto en la cumbre COP26, que se está celebrando estos días en la ciudad escocesa de Glasgow. Unos esfuerzos en los que la cooperación estrecha entre naciones, entidades, administraciones y empresas resulta fundamental para alcanzar el objetivo de dejar a las generaciones futuras un planeta más habitable.
Precisamente el gran encuentro anual de la lucha contra el cambio climático ha sido el marco en el que el Grupo Español de Crecimiento Verde, la asociación creada para fomentar la colaboración público-privada y avanzar conjuntamente en los actuales retos ambientales, ha presentado una guía de mejores prácticas para avanzar hacia las emisiones cero.
La cooperación estrecha entre naciones, entidades, administraciones y empresas resulta fundamental para alcanzar el objetivo de dejar a las generaciones futuras un planeta más habitable
La guía “Doce Claves Para Empresas Hacia La Descarbonización” recoge una serie de mejores prácticas para planes de acción climática empresariales. Esta hoja de ruta ha sido desarrollada por el Grupo Español de Crecimiento Verde junto a Climate Strategy & Partners y ha contado con la colaboración de una treintena de empresas asociadas. La iniciativa busca precisamente ayudar a empresas y gobiernos de todo el mundo a acelerar sus propios procesos de descarbonización, compartiendo con ellos una serie de prácticas y experiencias que han demostrado su eficacia en esta carrera.
“El cambio climático es un desafío tan complejo que administraciones y empresas tenemos que trabajar juntas para encontrar las soluciones más adecuadas. La colaboración público-privada es la única forma de asegurar una transición energética justa. Esta guía es un ejemplo de cómo las empresas españolas más comprometidas con la sostenibilidad estamos colaborando para la protección del medio ambiente”, señaló durante el acto de presentación Nuria Rodríguez, directora de Medio Ambiente y Responsabilidad Social de Naturgy, una de las compañías participantes en el proyecto.
Ambición sostenible
En los últimos tres años, Naturgy ha conseguido reducir un 30% sus emisiones directas de CO2. Sólo en 2020, redujo un 7% sus emisiones de gases de efecto invernadero e incrementó en un 10% la capacidad instalada de generación libre de emisiones, que representó un 29% de la capacidad total instalada del Grupo. La compañía acaba de reiterar su compromiso con la neutralidad climática en su Plan Estratégico 2021-2025, en el que se recoge el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en el año 2050.
En el camino hacia esa meta, la compañía se ha marcado una reducción de su huella total de CO2 del 24% para el año 2025, considerando los alcances 1, 2 y 3 de la huella de carbono. Un objetivo que se alinéa con los escenarios de temperatura del Acuerdo de París well below 2ºC (emisiones totales) y 1,5ºC (emisiones directas).
En los últimos tres años, Naturgy ha reducido un 30% sus emisiones directas de CO2. Sólo en 2020, redujo un 7% sus emisiones de gases de efecto invernadero e incrementó en un 10% la capacidad instalada de generación libre de emisiones
Para lograrlo, Naturgy está impulsando de manera muy significativa su crecimiento en energías renovables, con una inversión prevista de 8.700 millones de euros durante el periodo 2021-2025. A cierre de 2020, la compañía contaba con 4,6 GW en operación de tecnologías limpias y su estrategia para los próximos años se centra en seguir creciendo en energías renovables, tanto en generación eólica y solar como desarrollando innovadores proyectos de biometano e hidrógeno verde. El desarrollo de los gases renovables, la economía circular y la protección de la biodiversidad son otras de sus líneas estratégicas.
La compañía presidida por Francisco Reynés alcanzó un importante hito en su proceso de descarbonización con el cierre de sus centrales de carbón en España entre 2019 y 2020. Además, de cara a que esa transición de realice de una manera justa, ha propuesto una serie de iniciativas y proyectos alternativos basados en energías renovables que permitan revitalizar las zonas donde estaban ubicadas estas centrales.
En ese sentido, Nuria Rodríguez considera que la transición energética es, al mismo tiempo, un desafío y una oportunidad. “Y estamos convencidos de que debe acompasarse en el tiempo y en la forma para asegurar que sea justa e inclusiva, impulsando medidas que corrijan los desajustes, y sin poner en peligro los objetivos a largo plazo que implican una economía neutra en carbono”, señala.