El grupo Iberdrola empezó a apostar por las energías renovables hace más de dos décadas, como un pilar fundamental sobre el que construir su modelo de negocio limpio, fiable e inteligente. Desde entonces, la compañía ha invertido más de 120.000 millones de euros en esta área, lo que la ha convertido en líder mundial en renovables y le ha permitido anticiparse a la actual transición energética, una línea de negocio emprendida por Ignacio S. Galán desde que llegó a la presidencia de la compañía.
Fueron muchos los alcaldes de España que apostaron por energías renovables en sus localidades. Desde hace años, la llegada de este tipo de instalaciones era consideradas una auténtica oportunidad por la generación de empleo, motor económico y por los tributos que se pagan en las arcas municipales.
El sol y el viento se convirtieron en auténticos aliados de la generación energética en España, y los pueblos jugaron un papel clave. Hoy en día son muchos los empleos generados en esos entornos pioneros y consideran a las instalaciones parte de su patrimonio y un recurso indispensable para los vecinos que han visto mejorar sus pueblos y su entorno, conviviendo con la naturaleza y la biodiversidad.
Iberdrola avanzó en su plan inversor 2020-2025 75.000 millones de euros, de los cuales 68.000 corresponden a inversión orgánica. El 51 % de dicha inversión orgánica, más de 34.000 millones de euros, irán destinados al área de renovables, lo que le permitirá elevar su capacidad instalada hasta los 44 GW en 2022 y los 60 GW en 2025. Asimismo, la compañía ha ampliado su plan inversor a 150.000 millones de euros para 2030, con lo que pretende alcanzar una potencia renovable de 95 GW para el final de la década.
Iberdrola avanzó en su plan inversor 2020-2025 75.000 millones de euros, de los cuales 68.000 corresponden a inversión orgánica. El 51 % de dicha inversión orgánica irá destinados a renovables
Para materializar su plan de inversiones, Iberdrola aumentó su cartera de proyectos renovables en 25 GW en el Ejercicio 2020 y, a cierre de los Nueve meses 2021, contaba con una de las mayores carteras renovables de la industria: un total de 81,8 GW distribuidos por sus áreas tradicionales a las que se suman nuevas plataformas de crecimiento en Polonia, Suecia, Irlanda, Japón, Corea, Taiwán y Australia. Por tecnologías, esta cartera se divide en: 37 GW fotovoltaicos; 22,8 GW eólicos marinos; 17,7 GW eólicos terrestres; 3,4 GW hidroeléctricos; y 900 MW corresponden a baterías de almacenamiento.
La energética multinacional con más de 170 años de historia cerró 2021 como líder del sector a nivel mundial, primer productor eólico y una de las mayores compañías por capitalización bursátil del mundo. La lucha por el cambio climático ha sido y es un objetivo principal, ofreciendo un modelo de negocio sostenible y competitivo.
Energías renovables alrededor del planeta
El Negocio de Renovables ha experimentado un gran crecimiento desde su creación. Inicialmente impulsado por un fuerte crecimiento en España, dio paso en el año 2007 a su internacionalización, gracias a la incorporación de ScottishPower y de los activos en Estados Unidos que se incorporaron de su filial PPM Energy. Desde ese momento se ha crecido en los mercados core de España, Reino Unido y Estados Unidos. En los últimos años se han incorporado como fuertes polos de crecimiento países como México y Brasil con proyectos eólicos y fotovoltaicos. El último gran reto al que se está enfrentando el negocio de renovables es el desarrollo, construcción y puesta en marcha de los ambiciosos proyectos de energía eólica marina, con West of Duddon Sands como primer parque eólico marino operativo de Iberdrola.
Alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, el papel de Iberdrola es clave actuando como agente de cambio social y de transformación en el sector energético; “continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible”, afirman desde la energética, con los ODS 7 y 13 por bandera.
El compromiso con el bienestar de las personas y la preservación del planeta es total, constatando un modelo energético más eléctrico abandonando el uso de los combustibles fósiles, generalizando el uso de las fuentes de energía renovables, el almacenamiento eficiente de energía, las redes inteligentes y la trasformación digital.
Apostando por un planeta más limpio y sostenible
La transición hacia una economía neutra en carbono es una realidad de Iberdrola. La compañía asegura que en unos años se podrá conseguir debido a que lo ven tecnológicamente posible, económicamente viable y socialmente necesario. Para ello, desde hace 20 años y con una inversión superior a los 120.000 millones de euros, el grupo se ha comprometido a liderar esta transición energética.
El plan se lleva a cabo fomentando la descarbonización de la electricidad, la integración del sistema gracias a las Redes y la electrificación de la demanda, y así generando más renovables, más Redes, más almacenamiento y más soluciones energéticas para los clientes.
Este modelo energético sostenible de Iberdrola, que apuesta por la descarbonización y electrificación de la economía además de por la innovación, se alinea directamente con la economía circular a través de la reducción de emisiones, el uso de recursos renovables para la producción, la mejora de la eficiencia, la optimización de recursos, y la maximización del aprovechamiento de los residuos.
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