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¿Cómo lo está haciendo España en materia de ODS?

Hace seis años, Naciones Unidas trazó un itinerario a seguir en la búsqueda de un planeta más sostenible y habitable que dejar a las generaciones futuras. Lo hizo en forma

Hace seis años, Naciones Unidas trazó un itinerario a seguir en la búsqueda de un planeta más sostenible y habitable que dejar a las generaciones futuras. Lo hizo en forma de 17 paradas temáticas, a las que llamó Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Desde entonces, esos ODS han servido a gobiernos, entidades, empresas y ciudadanos como guía y termómetro de sus avances o retrocesos en parcelas tan trascendentales para el futuro de la humanidad como el medioambiente, la biodiversidad, los recursos naturales y económicos, la salud, la educación, la igualdad o la integración social. En total diecisiete asignaturas esenciales para la vida en las que se están logrando resultados desiguales.

El Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2021, elaborado por Naciones Unidas, y en el que analiza la evolución de los ODS en el mundo, se destacan los efectos negativos que la pandemia ha tenido en las conquistas sociales y medioambientales. El trabajo deja constancia de que el balance del año 2020 en ese sentido no ha sido positivo. Algunos analistas hablan de años o incluso décadas de retroceso por culpa del virus y sus derivadas económicas.

A pesar del espejismo vivido durante los meses de confinamiento estricto, la realidad es que el cambio climático no se ha detenido durante la pandemia.

El informe revela, por ejemplo, que, por primera vez en más de 20 años, la tasa de pobreza extrema se ha visto incrementada en el mundo. Además, la Covid-19 ha tenido efectos negativos en la salud las personas, la enseñanza o el empleo, y sus consecuencias económicas se han cebado de manera especial con las mujeres. Las desigualdades se han visto acrecentadas de forma preocupante. Y, por si todo ello no fuera suficiente, a pesar del espejismo vivido durante los meses de confinamiento estricto, cuando la interrupción de muchas actividades económicas le otorgó un cierto respiro al planeta, la realidad es que el cambio climático no se ha detenido durante la pandemia.

Otra de las cuestiones que se ha puesto de relieve en el año 2020, y que se ha visto reforzada por la propia pandemia, es que recién ingresados en la “Década de Acción” (periodo de 10 años para llegar al plazo de consecución de los ODS), cada vez es más evidente que la única forma de ganarle la partida a esa carrera contra el reloj es a través del consenso internacional y la habilitación de mecanismos eficaces de cooperación y de un sistema multilateral sólido.

La situación en España

Cada año, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) y la fundación Bertelsmann Stiftung, elaboran otro estudio, el Informe sobre Desarrollo Sostenible,en el que analiza cómo está siendo  la evolución de los distintos países del mundo en relación a la consecución de las metas de sostenibilidad marcadas por la Agenda 2039 de Naciones Unidas.

Por lo que se refiere a la situación de España, el informe otorga a nuestro país la posición número 20 de un total de 165 países, en términos de desarrollo sostenible, lo que nos sitúa por delante de naciones como Portugal, Italia o Grecia. Esto supone una mejora de dos puestos respecto al informe de 2019. Además, en términos generales, a menos de diez años para la meta, España alcanza un 79,5% de cumplimiento del total de los ODS. La parte alta de este ranking de sostenibilidad la ocupan, como ya viene siendo costumbre, tres naciones escandinavas: Finlandia, Suecia y Dinamarca.

La protección de la biodiversidad es uno de los grandes objetivos de España.

ODS a ODS

España obtiene sus mejores resultados en los ODS 1 (Pobreza cero), ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 4 (Educación de calidad) y ODS 7 (Energía asequible y no contaminante). En el extremo opuesto, nuestro país suspende en la consecución del ODS 15 (Vida de Ecosistemas terrestres), en el que la mayoría de los indicadores está por debajo de los niveles mínimos. Otros problemas específicos en los que también sigue habiendo margen de mejora para España son la prevalencia de la obesidad, los desajustes en la alimentación o las altas emisiones de CO2.

Eso por lo que se refiere a la fotografía estática de estos indicadores. El informe también ofrece una interesante visión dinámica de los distintos ODS, que permite analizar la tendencia de su evolución. En ese sentido, España presenta claros crecimientos en los ODS 1 y ODS 5 (Igualdad de género). Sin embargo, sufre un preocupante estancamiento en otros como el ODS 10 (Reducción de las desigualdades), ODS 14 (Vida submarina). El peor dato en este parámetro vuelve a ser para el ODS 15 (Vida de Ecosistemas terrestres), donde se puede hablar de una clara regresión.

ODS a ODS, España obtiene sus mejores resultados en los ODS 1 (Pobreza cero), ODS 3 (Salud y bienestar), ODS 4 (Educación de calidad) y ODS 7 (Energía asequible y no contaminante)

Un punto de referencia interesante en este terreno puede encontrarse en países como Dinamarca, número tres en el ranking global, y que acredita mejoras en 7 de los 17 ODS, incluyendo, por ejemplo, el nº 15 (Vida de Ecosistemas terrestres). El país escandinavo alcanzar las máximas puntuaciones para este ODS concreto en indicadores como extensión media de áreas terrestres importantes para la biodiversidad protegidas, extensión media de ecosistemas de agua dulce importantes para la biodiversidad protegidas, lucha contra deforestación o número de especies en peligro de extinción.

En ese sentido, el gobierno de España se ha propuesto una serie de metas concretas en relación al ODS nº 15 y planes específicos para alcanzarlas. Estos incluyen la adopción de medidas urgentes para poner fin a la caza furtiva y al tráfico de especies protegidas de flora y fauna, así como para prevenir la introducción de especies exóticas invasoras y reducir significativamente sus efectos en los ecosistemas terrestres y acuáticos. Entre esos planes, también cobra un papel relevante la movilización de recursos financieros para financiar la gestión forestal y realizar un uso sostenible de los bosques, reducir la degradación de los hábitats naturales, luchar contra la desertificación, detener la pérdida de biodiversidad, proteger a las especies amenazadas y evitar su extinción.

Otros aspectos relevantes del informe apuntan, como dato positivo, la fuerte implicación del Gobierno español en las cuestiones vinculadas a los ODS y a la Agenda 2030.  En el negativo, se alerta de los excesivos efectos perniciosos que las actividades españolas producen en los sistemas internacionales, producto de la emisión de gases contaminantes en las importaciones o de la falta de inversión en cooperación internacional al desarrollo.

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