Este curso académico ha traído muchas novedades a los estudiantes, también a los que han desafiado la pandemia y seguirán sus estudios de posgrado en el extranjero. Socializar por Zoom, viajar con mucha antelación al país de destino para pasar la cuarentena y estar “limpio” el día que inicie el curso o formatos semipresenciales, son algunas de las novedades con las que se han encontrado los jóvenes españoles que seguirán sus estudios en el extranjero en el año que marcó la covid-19.
Hasta 45 jóvenes estudiantes de posgrado de toda España tendrán mucho que contar a sus familiares y amigos porque han desafiado un curso incierto para hacer las maletas y viajar a universidades de todo el mundo donde continuar su formación. Todos ellos han sido beneficiarios de una de las becas de posgrado que la Fundación Mutua Madrileña viene concediendo desde hace 15 años a hijos de sus mutualistas.
“La mayor parte de los eventos sociales de las primeras semanas, destinados a conocer a gente y socializar, han sido reemplazados por equivalentes virtuales a través de plataformas como Zoom”, cuenta Alejandra Martinez, licenciada en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad Rey Juan Carlos y que se ha trasladado a Reino Unido para cursar un master en Dinámica y Control de Vehículos Autónomos en la Universidad de Cranfield.
“Con el objetivo de no perder clase, muchos españoles, franceses o indios, hemos tenido que venir con suficiente antelación para que no nos afectara en el desarrollo normal del curso”, añade la joven beneficiaria de una de las 45 becas, dotadas de 12.000 euros anuales y por un periodo máximo de dos años, y que se conceden en función de criterios de excelencia académica.
Algo similar le pasa a Álvaro Martínez, también en el Reino Unido: “Se ven pocas personas por el campus. En general las actividades son online o en grupos muy limitados”. Álvaro se ha trasladado hasta la Universidad de York para realizar un máster en Energía de Fusión que, como explica este graduado en Física, “la idea de poder obtener una energía tan potente como la de una central nuclear, pero limpia y mucho menos peligrosa, me resultaba fascinante”.
Hasta Brasil se trasladará en noviembre Adrián Cuesta, pues el inicio del segundo curso de su Máster Internacional en Ecología Aplicada (IMAE), que cursa entre Portugal, Alemania y Brasil se ha retrasado. De hecho, la declaración del estado de alarma el pasado mes de marzo le pilló en el país americano: “Cuando comenzó la pandemia me encontraba en Brasil. Fue una experiencia extraña vivir desde lejos cómo se desarrollaba la pandemia y empezaba el confinamiento en España, mientras en Brasil se mantenía la normalidad. Para nosotros era algo tan surrealista que no llegamos a concebir la gravedad de la situación hasta que nuestra clase fue cancelada y empezó el proceso de intentar regresar a nuestros propios países. En pocos días el estado de alarma se intensificó mientras nos encontramos en una carrera a contrarreloj para encontrar la forma de volver a casa mientras se iban cancelando vuelo tras vuelo y las fronteras empezaban a cerrarse. Finalmente conseguimos volver a Portugal y tras confinarnos juntos en cuarentena por dos semanas pudimos volver a nuestras respectivas casas”.
Por su campo de especialización, Adrián Cuesta tiene ideas muy claras sobre la importancia de la conservación de la naturaleza: “En mi cuarto de siglo de vida ha tenido lugar una pérdida de biodiversidad y espacios naturales sin precedentes. Las consecuencias de esta crisis medioambiental pueden ser nefastas y están empezando a verse. La pandemia actual es causa de una enfermedad zoonótica cuyo origen radica en la desestabilización de los ecosistemas naturales. Si no actuamos pronto muchas más crisis nos esperan en un futuro no tan lejano y con efectos aún más devastadores”.
El programa de becas de posgrado para hijos de mutualistas con más de 20 años de antigüedad en Mutua es una de las múltiples vías a través de las que Mutua Madrileña revierte parte de sus beneficios hacia sus mutualistas. Desde su primera edición, la Fundación Mutua Madrileña ha invertido cerca de 11 millones de euros en la concesión de más de 620 becas de ampliación de estudios en el extranjero. Mentes españolas que tienen mucho que aportar en un futuro cercano y que el virus no ha logrado detener. Adrián Cuesta lo confirma: “El mundo necesita jóvenes profesionales con una visión global para enfrentarse a este problema que afecta al planeta entero”.
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