¿A quién no le ha dolido el cuello alguna vez? Se trata de una dolencia bastante frecuente en nuestra sociedad y por la que solemos consultar con el doctor si no se pasa con unas primeras medidas conservadoras que podemos poner a punto en casa. No obstante, hay cuatro señales de alarma que nos deben hacer acudir al hospital para una rápida consulta si aparecen junto al dolor de cuello.
“El dolor de cuello es uno de los principales motivos de consulta en pacientes en edad laboral. Es por lo que podemos relacionar de manera muy directa con la actividad profesional”, asegura el doctor Ignacio Álvarez, traumatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Pero, ¿por qué podemos presentar dolor de cuello? Sin duda, nuestro estilo de vida y nuestra postura del día a día influyen totalmente en su aparición. Y es que, aparte de por la posición en el trabajo, tal y como asegura este traumatólogo, y por la que estamos mucho rato delante del ordenador, dice que también pasamos mucho tiempo con las nuevas tecnologías, a través de las tabletas o de los smartphones, lo que para nada favorece una buena postura de la cabeza.
“Esto hace que la cabeza esté muy prolongada, y con una flexión del cuello para nada saludable. De hecho, estamos empezando a ver problemas de dolor cervical en adolescentes por la misma razón”, advierte en este sentido este especialista.
El dolor de cuello es uno de los principales motivos de consulta en pacientes en edad laboral. Es por lo que podemos relacionar de manera muy directa con la actividad profesional"Doctor Ignacio Álvarez, traumatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid
Cuando aparece la tortícolis
En el largo plazo esa contracción muscular prolongada en el cuello puede ocasionar la temida ‘torticolis’, “que significa ‘cuello torcido’”, aclara este traumatólogo. Según apunta, sería el cuadro más severo del dolor cervical dado que ya no sólo es dolor, sino también la limitación de la movilidad del cuello por el espasmo de la musculatura, y que limita la movilidad voluntaria del cuello.
“Efectivamente la aparición es brusca. ‘Me levanté de la cama sin poder mover el cuello’, ‘estaba con molestias y de repente me quedé con el cuello torcido’. Hay causas más raras de tortícolis, que tienen origen neurológico, pero lo frecuente son esos movimientos o posturas del día a día favorecidas en el trabajo o por el uso de dispositivos electrónicos”, remarca el traumatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
La tortícolis empieza con síntomas previos de dolor cervical, después de haber estado con una postura mantenida con el cuello o realizando actividades repetidas, así como movimientos repetitivos con los brazos, o bien esfuerzos. “No siempre que hay una tortícolis hay que pensar que de base hay un problema estructural en la columna cervical. Quiero recalcar en este punto que la columna cervical tiene una gran movilidad y se pueden apreciar problemas degenerativos a partir de los 25 años, y no por ello suponga que sea patológico. Una articulación sometida al uso tiende a desgastarse, pero estamos diseñados para que esos discos cervicales nos puedan aguantar una larga vida”, sostiene el doctor Álvarez.
Cuándo consultar de urgencia
Así las cosas, el traumatólogo especifica que, si de por sí una tortícolis es una situación muy incómoda y por ello suele motivar una consulta en Urgencias, como tal no es una señal de alarma, pero sí lo serían si: se acompaña de mareo, de cefalea intensa, o que el dolor se le irradie a los brazos y tenga alteraciones de la sensibilidad o la fuerza de las manos.
“El reposo relativo, de 24 - 48 horas, con calor local y analgésicos suele mejorar rápidamente. Si el espasmo es intenso, que incluso uno nota con calor, le puede ayudar a alternar frío con calor en la zona. El uso de miorelajantes está discutido, pero bajo supervisión médica puede estar indicado”, defiende este experto de Quirónsalud Madrid.
Ahora bien, cuando pase la fase aguda del dolor este experto traumatólogo sostiene que se puede beneficiar de tratamiento con fisioterapia cervical, así como con ejercicios isométricos. “Lo más importante es señalar que el dolor cervical, a pesar de que en ocasiones se vuelve pesado, se puede considerar como un proceso benigno que, en la mayor parte de las veces, se trata de manera conservadora. Lo realmente raro es que precise de cirugía para resolver el problema de base”, concluye el doctor Ignacio Álvarez.
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