El desarrollo urbanístico del norte de Madrid, un largo proceso que va camino de cumplir un cuarto de siglo, está más cerca de ser una realidad. Y lo será con un modelo que, paradójicamente, supondrá una vuelta a los barrios tradicionales de la capital, donde las distancias se recorrerán fácilmente a pie o en transporte público, donde las zonas residenciales se mezclarán con los centros de negocios. En definitiva, un retorno al modelo de densidad y multiutilidad propio de los ensanches de las grandes ciudades y que se había olvidado en los últimos desarrollos, con una incidencia negativa en la sostenibilidad de los mismos.
"La ciudad en baja densidad es inasumible. Y el transporte público, sin densidad, se vuelve ineficiente". Así se manifestó el experto en planificación urbana Juan Alayo, strategic city planning and research, durante su intervención en un desayuno de trabajo organizado por Vozpópuli en la nueva oficina que acaba de abrir Distrito Castellana Norte, la promotora de la operación, en la que los ciudadanos pueden contemplar la maqueta del desarrollo, en su día expuesta en la sede del Ayuntamiento de Madrid.
El experto argumentó que las ciudades tienen que posibilitar a las personas que viven en ellas accesibilidad, es decir, "que todo esté a mano, no sólo el lugar de trabajo sino también la calle, los médicos, las zonas verdes, los lugares de ocio. Para que se cumpla todo esto existen dos mecanismo: la densidad y la mezcla de usos".
Una característica doble que se da en el caso de Madrid Nuevo Norte, como también explicó Flavio Tejada, responsable de Planificación urbana de Arup Europa. "Hay varios factores que están cambiando en las ciudades europeas. Tras la II Guerra Mundial, la llegada de la motorización individual derivó en unas ciudades cada vez más extensivas: la gente vivía en una zona, trabajaba en otra y se divertía en otra. Ahora se impone una vuelta a un modelo anterior", y más con la ayuda de las nuevas tecnologías.
"Madrid Nuevo Norte tiene la posibilidad de demostrar que otro modelo es posible. El uso del transporte público se impondrá pero no por prohibiciones sino por conveniencia de los ciudadanos".
Alayo hizo hincapié en que, pese a que este modelo de ciudad se está imponiendo de nuevo en Europa, la actual legislación no permite del todo su desarrollo. "Con las leyes vigentes ahora en España, ya no serían posibles los ensanches con los que crecieron Madrid y Barcelona, que dieron lugar a barrios especialmente densos y que conservan aun hoy su aspecto de barrio".
Por el contrario, la posibilidad de partir prácticamente de cero otorga a Madrid Nuevo Norte grandes posibilidades desde el punto de vista de la sostenibilidad. "Sin ir más lejos, podrá ser una barrio con un consumo energético prácticamente nulo, con una huella ecológica positiva". Todo un paraíso para el mundo de las smart cities.
Una de las grandes apuestas de Madrid Nuevo Norte será el centro de negocios pero, en opinión de Juan Alayo, "el gran protagonismo será para la parte residencial. Habrá un centro de negocios pero incluso esa zona estará totalmente rodeada de viviendas. Hemos aprendido de errores del pasado y que la mezcla de usos para hacer un tejido rico y vital es una fórmula ya ineludible".
Por su parte, Tejada recalcó que el modelo de calle elegido para el desarrollo será mucho más próximo al que se da en los barrios tradicionales de Madrid, "una calle en la que se podrá pasear pero, al mismo tiempo los profesionales del transporte podrán trabajar y los bajos comerciales tendrán una importancia básica. Queremos una calle más ponderada, que no sea excluyente. No competirá con el centro sino que será complementario".
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