Isabel Mínguez es una universitaria española que dedica dos tardes a la semana al voluntariado, acompañando a un grupo de niños y niñas que viven en centros de menores. El proyecto de voluntariado, “Amigos para Siempre” de la Fundación Soñar Despierto, busca convertir a los chicos universitarios en un referente para estos pequeños. La iniciativa ha ganado este año el Premio al voluntariado universitario que concede la Fundación Mutua Madrileña.
Desde hace cinco años, Isabel acude cada semana como voluntaria a un centro de menores para acompañar a los pequeños que residen en él por encontrarse en una situación familiar de desprotección. Isabel es una joven universitaria que coordina el programa “Amigos para Siempre” iniciativa de voluntariado que busca mejorar la situación académica y emocional de estos niños y niñas, y complementar, de forma individualizada, la labor que realizan los educadores.
Ganar este premio ha supuesto no sólo una importante ayuda económica sino un gran apoyo para difundir la realidad de los niños y niñas que viven en centros de acogida
Al igual que Isabel, otros 400 voluntarios de la Fundación Soñar Despierto destinan una tarde a la semana a compartir risas, complicidad y deberes, con estos menores. Por su labor, este proyecto ha sido reconocido este año con el Premio al voluntariado universitario que concede la Fundación Mutua Madrileña desde hace siete años.
“Ganar este premio ha supuesto no sólo una importante ayuda económica sino un gran apoyo para difundir la realidad de los niños y niñas que viven en centros de acogida. Muchas veces se piensa que están allí porque han hecho algo malo y no porque son personas que no han tenido la suerte de crecer en un entorno familiar estructurado”, explica Isabel.
“Amigos para siempre” compitió con otros 80 proyectos de 76 universidades para llevarse el reconocimiento. Otras cinco iniciativas de toda España resultaron finalistas. Este mes de junio la Fundación Mutua Madrileña ha vuelto a abrir la convocatoria a estos premios, cuya finalidad es reconocer la solidaridad de los jóvenes universitarios españoles y contribuir a la puesta en marcha y/o impulso de proyectos de voluntariado desarrollados por estudiantes.
Con el premio podemos concienciar más a la gente para que colabore compartiendo parte de su tiempo y cariño a los menores
“Con el premio podemos concienciar más a la gente para que colabore compartiendo parte de su tiempo y cariño a los menores y, con la aportación económica, vamos a poder ofrecer a los niños y niñas la posibilidad de disfrutar de actividades de ocio propias de su edad y a las que muchas veces no tienen acceso. Esto les sube la autoestima y les aporta normalidad a sus vidas”, explica Isabel.
Los voluntarios de “Amigos para siempre” tienen asignada su residencia y su niño o grupo para todo el curso escolar porque “así se refuerzan los lazos”, cuenta Isabel, que ya lleva seis años en el proyecto, todos los que ha pasado cursando sus estudios de Derecho y Economía en la Universidad Carlos III.
Una vez terminado su doble grado este año, “sigo de voluntaria dos días por semana, en dos residencias diferentes. Ser responsable siempre de los mismos niños y niñas es bueno para ellos porque te conviertes en una especie de mentor. Cuando salen, al cumplir los 18 años, les viene muy bien saber que seguimos ahí, apoyándoles emocionalmente hasta que vuelen solos”, explica.
Contacto de continuidad
Hay que entender que los niños pasan de un ambiente muy protegido, con todas sus necesidades cubiertas, a enfrentarse a la vida adulta con pocas ayudas. “Salen a un mundo en el que tú eres de las pocas personas que tienen fuera de la residencia”, dice.
Isabel comenta el caso de “uno de mis chicos”, que “tiene ahora ya los 18 y empecé con él a los 14 dándole apoyo escolar. Seguimos en contacto y me encantaría pensar que él me considera una persona a la que acudir siempre”. Para dar esta continuidad a los jóvenes una vez que cumplen los 18 años, la Fundación Soñar despierto ha creado un programa de mentores para ex-tutelados con el objetivo de seguir acompañándolos.
Una vocación solidaria que cada vez comparten más jóvenes en España. Y, según un Estudio sobre Voluntariado Universitario, realizado por la propia Fundación Mutua Madrileña, el interés de los jóvenes por las labores de voluntariado y su compromiso social crece de forma imparable, especialmente en proyectos relacionados con la infancia.
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