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Cuando la migraña y la depresión van de la mano

Sufrir de depresión es un factor de riesgo para un curso más severo y una peor respuesta al tratamiento de las migrañas

Las personas que sufren de migraña tienen cuatro veces más probabilidades de padecer depresión en comparación con el resto de la población. Además, la presencia de síntomas depresivos se ha asociado con un aumento en la frecuencia de los episodios de migraña, induciendo su transformación de episódica a crónica. Pero no queda ahí la cosa porque, adicionalmente, sufrir de depresión es un factor de riesgo para un curso más severo y una peor respuesta al tratamiento de las migrañas.

“La relación entre la migraña y la depresión es una interconexión compleja. Investigaciones han revelado una relación recíproca entre ambas condiciones. A menudo coexisten y constituyen un problema clínico importante. Ambos trastornos suelen requerir tratamiento crónico y su coexistencia contribuye al fenómeno de la resistencia a los tratamientos”, explica el doctor Alex Jaimes Sánchez, de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, coordinada por el Dr. Jaime Rodríguez Vico.

Las personas que sufren de migraña tienen cuatro veces más probabilidades de padecer depresión en comparación con el resto de la población

Además, sostiene que ambas entidades influyen en el funcionamiento de los pacientes y causan numerosas consecuencias sociales, afectando la calidad de vida, y al logro de metas personales de las personas, impidiendo en numerosas ocasiones el poder mantener una vida normal.

Un desafío para la salud mental y física

A juicio de este neurológo, la interconexión entre la migraña y la depresión presenta actualmente un desafío significativo para la salud mental y física: “La relación recíproca entre ambas condiciones, respaldada por estudios en gemelos, sugiere factores etiológicos compartidos más allá de una simple causalidad”.

Aunque la conexión fisiológica precisa sigue siendo desconocida, la influencia de factores genéticos y ambientales es evidente, mantiene el experto. “Las anomalías en el sistema serotoninérgico refuerzan la implicación de un trasfondo común”, apostilla.

Es por ello por lo que ve clave la consecución de un diagnóstico oportuno de ambas entidades. “Ello tendrá implicaciones para el tratamiento integral, dado que permite ofrecer estrategias terapéuticas más efectivas, mejorando la calidad de vida de aquellos que enfrentan estos desafíos de salud dual”, agrega.

Cuando la migraña y la depresión van de la mano.
Dr. Alex Jaimes Sánchez. Neurología.

¿Una conexión bidireccional?

Clásicamente se ha considerado que la relación es causal bidireccional, es decir, que la migraña por sí misma podría desencadenar la depresión y viceversa, recuerda este especialista. No obstante, sí advierte de que investigaciones llevadas a cabo en gemelos han revelado que los familiares de individuos afectados por migraña presentan un riesgo elevado de experimentar depresión. “De manera recíproca, los familiares de aquellos afectados por depresión tienen una mayor propensión a padecer migraña”, añade.

La relación también fue más pronunciada en el caso de gemelos monocigóticos que en gemelos dicigóticos, tal y como apunta, lo que “confirma aún más” el trasfondo genético común de estos trastornos, tal y como asevera el doctor Alex Jaimes Sánchez de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

“Una investigación centrada en la búsqueda de una explicación para esta relación sugiere que existe una vulnerabilidad genéticamente condicionada desencadenada por factores ambientales. Es decir, que ambas patologías comparten factores etiológicos en lugar de que una simplemente desencadena a la otra”, mantiene.

Una investigación centrada en la búsqueda de una explicación para esta relación sugiere que existe una vulnerabilidad genéticamente condicionada desencadenada por factores ambientalesDoctor Alex Jaimes Sánchez, Neurólogo.

El sistema límbico tiene algo que decir

Además, señala que el dolor crónico y la depresión exhiben vías comunes relacionadas con funciones cerebrales específicas. De hecho, remarca que los centros responsables de la modulación del dolor, como la amígdala, la parte anterior de la corteza cingulada y la sustancia gris periacueductal, al mismo tiempo, pertenecen al sistema límbico, considerado el llamado cerebro emocional, responsable de la regulación de las emociones.

“Se han observado anomalías en el sistema serotoninérgico tanto en la depresión como en la migraña. En los trastornos depresivos se han evidenciado niveles bajos de serotonina de forma crónica, lo cual puede aumentar la sensibilidad de las vías del dolor. Asimismo, se ha visto un aumento de los niveles de serotonina durante los episodios de migraña, estando bajos entre episodios”, resalta el neurólogo, al tiempo que mantiene que una variante del gen que codifica el transportador de serotonina, en algunos casos probablemente esté asociada con ambas enfermedades.

En última instancia, a su juicio vale la pena destacar que los triptanes, uno de los fármacos utilizados en el tratamiento agudo de la migraña, terminan la crisis modulando las vías del dolor mediante la activación de los receptores de serotonina. “Por otra parte, los inhibidores de la recaptación de serotonina, fármacos utilizados en el tratamiento de la depresión se usan también como tratamiento preventivo de la migraña”, indica el doctor Alex Jaimes Sánchez.

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