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El poder de las células madre para reparar corazones infartados

En España se producen 50.000 infartos cardíacos al año, según datos de la Fundación Española de Corazón (FEC). Un infarto de corazón es aquella situación en la que un territorio

  • El poder de las células madre para reparar corazones infartados.

En España se producen 50.000 infartos cardíacos al año, según datos de la Fundación Española de Corazón (FEC). Un infarto de corazón es aquella situación en la que un territorio del corazón se queda sin riego para mantenerse vivo y muere. Desafortunadamente, y a diferencia de los muy jóvenes, en el adulto, el músculo cardíaco tiene una capacidad limitada para regenerarse después de una lesión causada por las secuelas de un infarto.

"Hoy en día, una vez que el tejido del corazón muere, conduce a un agotamiento de la bomba cardíaca, dando lugar a una insuficiencia cardíaca, una patología que en la actualidad, provoca más muertes que el cáncer en la edad adulta", según asegura el doctor Álvaro Merino, Jefe del Servicio de Cardiología de la Clínica Rotger y del Hospital Quirónsalud Palmaplanas (Palma de Mallorca).

No obstante, un estudio liderado por el servicio de Cardiología de Clínica Rotger ha logrado la regeneración celular parcial de un corazón infartado en una persona adulta.

"El cuerpo tiene el potencial de autoregenerar determinadas áreas dañadas por medio de células madre residentes en los tejidos, o mediante células precursoras hematológicas de la sangre circulante. Se sabe que los niños y los adolescentes afectados por un infarto de miocardio consiguen una regeneración casi completa del mismo, transcurridos algunos años desde la lesión; algo imposible en el adulto", explica.

Así, han realizado un estudio fundamentado en la conocida capacidad de las células madre de inducir la regeneración tisular, y en este caso el objetivo es la regeneración de la cicatriz propia de la región del corazón lesionada por un infarto.

"Con esta investigación se abre la puerta a futuros experimentos y tratamientos que valiéndose de una técnica sencilla, segura, y económica, que está al alcance de muchos centros hospitalarios, puede aplicarse a un elevado número de pacientes", valora el especialista de Clínica Rotger.

En concreto, el estudio demuestra que la inyección intracoronaria de células madre mediante cateterismo logra una recuperación completa de los bordes y una regeneración parcial de la contractilidad del núcleo del infarto.  Según detalla el doctor Merino, esta técnica se basa en que la célula precursora actúa por un mecanismo paracrino, es decir, que mediante la producción de sustancias se piensa que podría estimular la generación de células nuevas, aumentando el miocardio viable, e induciendo la proliferación de miocitos (fibra muscular) residentes en los bordes de la cicatriz.

Este trabajo científico, que ha sido financiado por el grupo Quirónsalud, y que está impulsado por el doctor Álvaro Merino y su equipo, se ha realizado en colaboración con los doctores Antoni Gayà y Javier Calvo del Banc de Sang i Teixits de Baleares y ha verificado que en 16 pacientes se ha logrado reducir la zona infartada, disminuir la cicatriz y mantener el volumen diastólico del corazón, así como una mejora del grosor sistólico de los segmentos del área de infarto.

Sin embargo, si bien con esta estrategia los infartos pequeños muestran una recuperación casi completa de la función contráctil, en los grandes infartos el índice de recuperación es menor. "Este nuevo hallazgo permite interpretar que la reducción de la zona lesionada se inicia desde el borde exterior y que para alcanzar el núcleo requeriría de una mayor concentración de células madre", aclara el cardiólogo de Quirónsalud.

No obstante, celebra que sí se ha logrado la regeneración cardíaca parcial de la zona infartada y que esta sea suficiente para prevenir la deformación ventricular, preservando así la función contráctil del corazón.

En palabras del doctor Merino: "Con este trabajo de investigación se ha demostrado en que la regeneración de la zona infartada es suficiente para prevenir la deformación ventricular, preservando así, la contractilidad del corazón”.

Solicitar asistencia ante el mínimo síntoma 

En este contexto, el Jefe del Servicio de Cardiología de la Clínica Rotger recuerda que ante el mínimo síntoma de infarto de miocardio los pacientes deben llamar al 112 o acudir a un centro sanitario de inmediato. "El tiempo es oro en los infartos y cuanto antes se trate, menor será el daño producido en el corazón y, por tanto, mejor calidad de vida presentará el paciente en el largo plazo”, afirma.

Aquí subraya que los centros sanitarios han diseñado circuitos libres de coronavirus por lo que los pacientes no deben tener miedo a la hora de acudir a este tipo de instalaciones. Es más, el doctor Merino subraya que la Clínica Rotger y el Hospital Quirónsalud Palmaplanas donde él trabaja cuentan con la certificación 'Applus+ Protocolo Seguro frente a la COVID-19', que acredita que ambos centros cumplen con los estándares de desinfección más exigentes en esta pandemia.

Entre los síntomas de infarto por los que solicitar rápidamente la asistencia sanitaria, según recuerda el doctor Merino, se encontrarían:

  • Dolor o sensación de compresión en el pecho o en los brazos, que puede propagarse hacia el cuello, la mandíbula o la espalda.
  • Náuseas, indigestión, ardor de estómago o dolor abdominal.
  • Falta de aire.
  • Sudor frío.
  • Fatiga.
  • Aturdimiento o mareos repentinos.

 

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