El planeta afronta años decisivos para su futuro, y no lo hace en unas condiciones idóneas. Guerra, crisis energética, crisis económica, desigualdades sociales… Un contexto complejo en el que se corre el riesgo de que lo urgente aparque lo importante y cuestiones que deberían ser prioritarias pasen a la cola de asuntos pendientes. Uno de esos aspectos absolutamente claves que no admiten demora es la protección de los ecosistemas y de la biodiversidad. Un desafío en el que juegan un papel determinante las reservas de la biosfera.
Laboratorios sobre el terreno
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) establece que las reservas de la biosfera son ecosistemas terrestres, marinos y costeros reconocidos como tales por su Programa El Hombre y la Biosfera (MaB, 1971). La Red Española de Reservas de la Biosfera completa esta definición al señalar que el objetivo de estos territorios es “armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza”.
Estas reservas de la biosfera cumplen tres funciones fundamentales: conservar la biodiversidad y los ecosistemas que contienen, contribuir al desarrollo e las poblaciones locales y apoyar la investigación, la formación y la comunicación. Esta última dimensión convierte a las reservas de la biosfera en auténticos lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible, o, dicho de otro modo, en gigantescos ‘laboratorios vivos´ desde los que experimentar y probar enfoques interdisciplinares que ayuden a comprender los mecanismos de interacción entre los sistemas sociales y los ecológicos.
La riqueza del Mediterráneo
La UNESCO es el principal, impulsor del trabajo de las reservas de la biosfera, una labor que despliega por todo el mundo en colaboración con gobiernos, centros de investigación y todo tipo de organizaciones públicas y privadas. Dentro de ese conglomerado, España forma parte de
la Red de Reservas de Biosfera Mediterráneas (MedMaB), formada por más de 70 territorios en 17 países de la cuenca mediterránea.
En el marco de esta Red, en el año 2013 la UNESCO estableció en España el Centro Internacional para las Reservas de Biosfera del Mediterráneo, UNESCOMED, nacido de la estrecha colaboración entre el Reino de España, (a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el Organismo Autónomo de Parques Nacionales), la propia UNESCO e iniciativas privadas como la de Abertis.
Precisamente, el centro se encuentra ubicado en la sede de la Fundación Abertis, un castillo medieval del Siglo X, situado en Castellet i la Gornal (Alt Penedès), a medio camino entre Barcelona y Tarragona, en pleno Parque natural del Foix (Barcelona). Un enclave único con un inmenso patrimonio cultural, histórico y natural y rodeado de una rica biodiversidad.
El pasado mes de mayo el Gobierno de España y Abertis renovaron el acuerdo con UNESCO para seguir albergando UNESCOMED durante otros seis años
De acuerdo a los estándares de la UNESCO, UNESCOMED es un centro de Categoría II (CC2), lo que quiere decir que el centro ha sido creado y es financiado por el país en el que se ubica, desde donde presta apoyo y asistencia técnica a otros países vecinos en materia de formación, investigación o educación, así como fomentando la creación y establecimiento de redes de intercambio de conocimiento.
La colaboración público-privada resulta fundamental para garantizar la buena marcha de estos proyectos. De hecho, UNESCOMED es el primer centro del Programa MaB que combina el compromiso público con el apoyo de financiación privada bajo los auspicios de la UNESCO. Una iniciativa pionera que marca el camino para intensificar la cooperación científica y el intercambio de conocimiento a lo largo de toda la cuenca del Mediterráneo. Y una iniciativa que asegura su continuidad, ya que el pasado mes de mayo el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó la renovación del acuerdo con la UNESCO para seguir albergando a UNESCOMED durante otros seis años.
UNESCOMED es el primer centro del Programa MaB que combina el compromiso público con el apoyo de financiación privada bajo los auspicios de la UNESCO
Entre los objetivos específicos que se ha marcado este centro, figuran favorecer las relaciones transcontinentales con otras reservas de la biosfera o tender lazos de cooperación entre los distintos agentes llamados a jugar un papel destacado en la protección de los ecosistemas, como son las Universidades de ambas orillas del Mediterráneo, las empresas o el público en general. También se busca fomentar prácticas y modelos innovadores y circulares, así como promocionar proyectos relacionados con temas clave de la cuenca mediterránea, con especial foco en la gestión del agua, los recursos naturales, el cambio climático, la biodiversidad o el turismo sostenible.
Entre las actividades que se desarrollan en este centro, está la creación de un Centro de Documentación para recopilar, estructurar, sintetizar y publicar las experiencias adquiridas por las reservas de la biosfera mediterráneas. También se realizan estudios de cooperación internacional sobre los efectos del cambio climático y se celebran eventos, seminarios, encuentros científicos y académicos y actividades de formación para difundir y promover los principales temas de relevancia para las reservas de la biosfera mediterráneas.
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