Cuidado al primer paso… Si por la mañana, solo con levantarte de la cama, notas de repente un dolor muy agudo en el talón, mala señal. Delante, un dolor intenso, punzante; en la base del talón o en la parte interna del pie, que aparece mas veces a lo largo del día, puede tratarse de una fascitis plantar. Patología que, por desgracia, para muchas personas es muy frecuente, especialmente si hablamos de deportistas o de personas con sobrepeso.
Esta patología consiste en una inflamación de la fascia plantar, una banda fuerte de tejido especializado elástico que conecta el calcáneo (hueso del talón) con la base de los dedos del pie, y que participa en el mantenimiento del arco plantar. “La fascia está sometida a tensiones estáticas por el propio peso corporal, y a tensiones dinámicas durante la marcha, la carrera y el salto. Si estas tensiones son excesivas pueden inflamar la fascia y provocar el dolor”, aclara la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Entre los factores de riesgo que pueden desencadenar esta dolencia esta sociedad científica cita: El acortamiento de la musculatura gemelar de la pierna o del tendón de Aquiles (1); posturas estáticas mantenidas de pie y más si hay sobrepeso (2); un calzado inadecuado (3); o un excesivo arco plantar (4).
Además, según la Sociedad Americana de Ortopedia en Pie y Tobillo (AOFAS por sus siglas en inglés), esta dolencia es muy frecuente también si se es mujer (5); o si el trabajo exige caminar o pararse en superficies duras con mucha frecuencia (6); o bien si se tienen pies muy planos (7).
Por su parte, el doctor Armando Macera, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), añade que también son factores de riesgo a la hora de desarrollar esta afección los defectos biomecánicos del pie (8); el sedentarismo (9); los deportes de impacto repetitivo, como el correr (10); y el sobrepeso o la obesidad (11).
Según explica, la anatomía del pie es la principal causa a la hora de padecer dicha patología, y existe una mayor prevalencia en aquellos pacientes que presentan pie cavo, pie plano o un acortamiento del tendón de Aquiles, por ejemplo. “Esta patología se da, en su mayoría, en personas de mediana edad, de entre 40 y 60 años, que utilizan un calzado inadecuado, o que tienen sobrepeso y llevan una vida sedentaria”, indica.
A su vez, el traumatólogo llama la atención sobre los deportistas más jóvenes, que están sometidos a una sobrecarga mecánica continua, ya que en el deporte de élite, y sobre todo en los corredores, según reconoce, los pies se ven sometidos a microtraumatismos de forma crónica. Igualmente, advierte de aquellas personas vinculadas al "deporte de fin de semana", y que no realizan entrenamiento de forma gradual.
Cuando se convierte en una afección crónica
En este sentido, la AOFAS subraya que si la fascitis plantar no es tratada, se puede convertir en una afección crónica, que obligue al paciente a no mantener un ritmo de actividad normal, y a la larga desarrolle síntomas de problemas en el pie, en la rodilla, en la cadera y en la espalda ya que, según precisa, la fascitis plantar puede modificar la manera de caminar. Esta afección normalmente comienza de manera gradual con un dolor leve en el talón, y es más probable que se sienta después de realizar el ejercicio.
Por su parte, el doctor Macera recalca que esta inflamación inicialmente aguda de la fascia del pie puede desembocar en un cuadro crónico y degenerativo si el paciente se somete a mucha sobrecarga mecánica. De hecho, precisa que entre un 3,6 y un 7 % de la población general padece fascitis plantar y, en su caso, representa aproximadamente un 10-15% de las consultas de la Unidad de Pie y Tobillo del citado hospital madrileño.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la fascitis plantar es clínico, mediante la observación del especialista, aunque para confirmarlo a veces estos se apoyan en pruebas de imagen, tales como la ecografía, la radiografía o la resonancia magnética nuclear.
El tratamiento suele ser conservador aproximadamente en un 90% de los casos, a través de un calzado adecuado, y de la utilización de una plantilla para reducir la presión con el apoyo, así como la suspensión de actividades físicas (que favorecen la sobrecarga mecánica), y la realización de estiramientos musculares.
No obstante, en ese 10% de casos restantes no se obtienen los resultados deseados y, según señala el especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), se suele optar entonces por un tratamiento invasivo, que conste en añadir una infiltración de corticoides siempre asociada a las medidas generales que se recomiendan al paciente.
La cirugía más novedosa para acabar con este problema
En el caso de no percibir mejoría alguna es ya cuando se debe intervenir quirúrgicamente al paciente, según aclara Macera. Precisamente, la Unidad de Pie y Tobillo del Hospital de Valdemoro, referencia a nivel nacional en la materia, y dentro del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, realiza la ‘hemifasciectomía plantar endoscópica’, una técnica quirúrgica novedosa y mínimamente invasiva que sólo requiere de dos pequeños abordajes a nivel del talón, menores de un centímetro, para introducir un instrumental específico con una cámara endoscópica.
Se trata de una técnica pionera en la Comunidad de Madrid, según describe Macera, y que evita una cicatriz plantar, como sí sucede con la técnica tradicional. “El paciente puede apoyar el pie desde el día siguiente a la intervención. Es aceptada con gran satisfacción por el paciente en comparación con la técnica tradicional ‘Open’, ya que permite una recuperación funcional más rápida, reduce el dolor y, por lo tanto, también los riesgos de complicaciones debido a la cirugía", sentencia el traumatólogo.
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