La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en los países desarrollados y, según la OMS, más del 80% de los casos se pueden prevenir. Tan solo en nuestro país este tipo de enfermedades causan cerca de 120.000 muertes anuales y 340 cada día, por lo que no está de más que cuidemos a nuestro corazón y, llegado cierto punto, revisemos cuál es su estado de salud.
Para ello existe lo que se conoce como ‘resonancia magnética de estrés’ o ‘resonancia cardiaca de estrés’, una prueba que mejora el diagnóstico y el pronóstico de las enfermedades coronarias, que es el tipo más común de enfermedad cardiaca (corazón), según precisa la doctora Beatriz Ordóñez, cardióloga del Hospital Quirónsalud de Zaragoza, experta en este procedimiento.
En concreto, indica que se trata de una técnica de imagen que permite estudiar a los pacientes con sospecha de enfermedad coronaria con un electrocardiograma no interpretable, o a aquellos que no pueden hacer ejercicio en la prueba de esfuerzo, y de manera más segura, ya que se puede repetir varias veces sin que afecte negativamente al paciente.
"Ofrece una excelente resolución espacial y no depende de la calidad de la imagen, por lo que garantiza un resultado fiable y, por tanto, un mejor pronóstico de la enfermedad"
"Ofrece una excelente resolución espacial y no depende de la calidad de la imagen, por lo que garantiza un resultado fiable y, por tanto, un mejor pronóstico de la enfermedad", valora la especialista, que trabaja con esta prueba en el Hospital Quirónsalud de Zaragoza.
Asimismo, la resonancia cardiaca puede emplearse a la hora de detectar miocardiopatías (enfermedades del tejido muscular cardiaco), enfermedades valvulares como la insuficiencia aórtica, cardiopatías isquémicas, miocarditis (inflamación del miocardio), y cardiopatías congénitas, entre otras patologías que puede sufrir nuestro corazón.
Es útil igualmente en aquellos casos en los que otras pruebas no son capaces de dar conclusiones fiables, como por ejemplo, en pacientes que puedan presentar una mala ventana acústica (mala calidad de imagen) durante la realización de ecocardiograma de estrés, tal y como aprecia la doctora Ordóñez.
En qué consiste la prueba
Esta prueba tiene una duración aproximada de unos 45 minutos. Utiliza un campo magnético (no utiliza radiación ionizante) para la evaluación completa y no invasiva de las estructuras cardiovasculares y del funcionalismo cardiaco, y que en combinación con una provocación farmacológica con sustancias vasodilatadoras o inotrópicas, permite diagnosticar por ejemplo la isquemia, según sostiene la Asociación Española de Enfermería en Cardiología.
Eso sí, la experta del Hospital Quirónsalud Zaragoza precisa que no pueden someterse a una resonancia magnética de estrés aquellas personas que porten marcapasos, desfibrilador no compatible, bomba de insulina, implante coclear, clip de aneurisma intracraneal o un neuroestimulador. “Tampoco podrá realizarse este estudio a mujeres embarazadas de menos de tres meses”, añade.
Para la realización de la misma, hay que abstenerse de tomar alimentos las 4 horas previas al estudio (las horas de ayuno pueden variar según el protocolo de cada centro), indica la Asociación Española de Enfermería en Cardiología. Tampoco se debe tomar café, té, bebidas estimulantes con cafeína, ni chocolate, las 24 horas previas al estudio. En caso de tomar alguna medicación conviene informar al especialista.
“Después de la prueba usted puede hacer vida normal. Debe hidratarse bien (si sus condiciones cardiológicas se lo permiten) sobre todo si usted sufre de insuficiencia renal”
Así, deberá quedarse con el torso desnudo y retirar todos los objetos metálicos. Le colocaran cuatro electrodos en el tórax, y se le monitorizará la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la saturación de oxígeno. A su vez, le realizarán una punción en una vena de cada brazo para canalizarle una pequeña vía de plástico (flexible) por donde se le administrará el contraste (Gadolinio), por una vía, y por el otro, el fármaco (adenosina o dobutamina).
La cardióloga señala en último lugar que una vez sea haya valorado a la persona, y siempre que se encuentre en buen estado, se le retirará la vía venosa y los electrodos, y podrá vestirse e irse a su domicilio. “Después de la prueba usted puede hacer vida normal. Debe hidratarse bien (si sus condiciones cardiológicas se lo permiten) sobre todo si usted sufre de insuficiencia renal”, indica la doctora Ordóñez.
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