La transición energética es, sin duda, uno de los asuntos que más preocupa a la humanidad en estos momentos. La espada de Damocles de la necesidad de frenar el aumento de la temperatura media del planeta, limitándola a parámetros que no superen los 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, tal como recogía el Acuerdo de París, la descarbonización de la economía y el viraje hacia energías renovables se ha convertido en una absoluta prioridad para todas las naciones.
Sin embargo, esa transición energética está repleta de aristas, dificultades e intereses encontrados que hacen que, lejos de ser un camino fluido, sufra frenazos y retrasos que obligan a los agentes implicados a reflexionar y poner en común sus experiencias de cara a superar esos obstáculos. En ese marco, la serie de conferencias Energy Prospectives, organizada por Fundación Naturgy e IESE Business School, trata, según explicó Rafael Villaseca, presidente de la Fundación Naturgy, “de contribuir, por medio de puntos de referencia, datos y opiniones en profundidad, a que los profesionales de un sector tan complejo como el nuestro puedan tomar mejores decisiones”.
En esta oportunidad, la nueva conferencia reunió en el campus del IESE a dos ponentes de primer nivel como son Thomas Schlaak, responsable mundial del sector de Energía, Servicios Públicos y Energías Renovables (PU&R), Deloitte, y Carlos Pascual, vicepresidente senior de Energía Global y Asuntos Internacionales de S&P Global Commodity Insights.
Un desafío mayúsculo
“No es ningún secreto que la transición energética es un desafío monumental ni que la construcción de la nueva infraestructura energética mundial es un trabajo difícil. Necesitamos realizar una gran inversión en tecnología limpia e invertir con excelencia”, destacó Thomas Schlaak en su intervención.
Este experto advirtió de que el crecimiento de las emisiones contaminantes sigue siendo constante, “no disminuye”, por lo que “el tiempo apremia y debemos tomar medidas”. Sin embargo, advirtió, a pesar de que el reloj corre y de que la Unión Europea es ambiciosa en sus planes de descarbonización, “acelerar esa transición más allá de lo razonable podría ser, paradójicamente, perjudicial para el proceso, ya que se corre el riesgo de perder el apoyo social imprescindible para llevarlo a cabo con éxito”.
Respecto a la evolución de las energías renovables de cara a los próximos años, Schlaak espera crecimientos significativos en biometano como complemento y alternativa al gas natural. En cualquier caso, estimó, serán necesarios esfuerzos suplementarios tanto en hidrógeno como en el resto de renovables para alcanzar los objetivos europeos de energía limpia.
La serie de conferencias Energy Prospectives trata de aportar puntos de referencia, datos y opiniones en profundidad para que los profesionales del sector energético puedan tomar mejores decisiones
Por su parte, Carlos Pascual recordó que abordar “una transición tecnológica, comercial y política en los 27 años que restan hasta 2050 es algo de lo que no hay precedentes en la Historia”. Por esa razón, “avanzar hacia un objetivo tan ambicioso como son las cero emisiones será irrealizable si no actuamos conjuntamente y teniendo muy presente la envergadura y dificultad del desafío que tenemos por delante”.
Según Pascual, el mundo afronta “un desafío inédito, porque tenemos que afrontar no solo una transición, sino dos al mismo tiempo”. Por un lado, “debemos satisfacer la economía energética actual, reduciendo la demanda y descarbonizando la oferta”, porque “si no abastecemos ese mercado, los precios suben, y si suben, se complica el apoyo político a la transición energética”. Y por otro, se refirió a la necesaria construcción de la economía energética del futuro, “con solar, eólica, hidrógeno y captura de carbono”.
Este experto también recordó que “la pandemia nos hizo empezar a cuestionar totalmente las reglas que existían anteriormente sobre la globalización”. Un cambio en las reglas del juego que, comentó, “tiene un reflejo directo en el sector energético”. Para Pascual, la transición energética que estamos viviendo “no es solamente una cuestión de suministro, sino de capacidad de producción”. En ese sentido, la tecnología necesaria para fabricar esas baterías, paneles solares o turbinas, en el caso de la energía eólica, va a ser un elemento crítico. “Necesitamos llegar al punto en el que esa tecnología esté a nuestra disposición y tengamos la capacidad de poder tomar decisiones sobre nuestro futuro”, señaló.
La serie de conferencias Energy Prospectives son conversaciones de alto nivel sobre las condiciones económicas, técnicas y científicas que se vislumbran para el futuro del sector energético, y en las que dos expertos de talla mundial dialogan acerca de los principales retos del mundo de la energía.
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