Practicar algún deporte, correr o simplemente pasear pueden provocar una lesión por muy correctamente que lo hagamos. Cuando esto ocurre, lo primero que pensamos es en aplicar frio en la torcedura o… ¿tal vez calor? Ese es el dilema. Si en el momento de la lesión preguntas a la gente que te rodea tendrá respuestas de todo tipo, unos dirán una cosa y otros la contraria.
El jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud San José, Ghassan Elgeadi explica que “la aplicación de crioterapia, es decir, de frío, o la termoterapia (aplicación de calor) depende no solo de la lesión, sino también del tiempo que ha transcurrido desde que se ha producido”. Además, añade, como regla general, “el hielo es para las lesiones recientes, conocidas como agudas; y el calor se debe aplicar en molestias crónicas y dolores musculares”.
Pero lo primero que hay que saber es cómo actúan el frio y el calor en una lesión. El frío tiene un efecto analgésico que alivia el dolor del traumatismo, disminuye el espasmo muscular y la hemorragia, lo que acelera el proceso de recuperación de la lesión. Además, produce vasoconstricción, es decir, cierra los vasos sanguíneos, lo cual impide que la sangre llegue a la zona lesionada y se inflame más de lo debido. El calor, por el contrario, aumenta el flujo sanguíneo mejorando el aporte de nutrientes a los tejidos dañados y acelerando el proceso de cicatrización. La aplicación de calor también disminuye la sensación de dolor y la rigidez de la articulación.
Primeras 24-48 horas
Siempre se ha dicho que en las primeras 24-48 horas, lo mejor es aplicar frio, y, pasado este tiempo, calor. Sin embargo, ahora existen las terapias RICE (Reposo, Hielo, Compresión y Elevación) que dejan a un lado la aplicación de calor después de frío. RICE es un método para tratar la inflamación después de una lesión en músculos, ligamentos o tendones. El reposo para evitar que aumente el flujo sanguíneo y proteger la zona dañada; el hielo para evitar la inflamación y mitigar el dolor; la comprensión para reducir la hinchazón –esta ha de hacerse con un vendaje elástico y no rígido para que la sangre pueda fluir bien–, y, finalmente, la elevación para reducir la presión arterial y, si hubiera herida, controlar el sangrado. “Aunque en caso de esguinces o contracturas, lo indicado es aplicar hielo durante las primeras 24-72 horas y si el dolor persiste, optar por una terapia de contraste que combine la aplicación de frío con la de calor”, aclara el doctor Ghassan Elgeadi.
Como ya hemos dicho, aplicar frio o calor dependerá del tipo de lesión que se haya producido. Normalmente el frio se aconseja en sobrecargas musculares, rotura de fibras o contusiones leves. También en torceduras, esguinces o luxaciones, siempre dentro de las primeras 72 horas del golpe. Así mismo se puede aplicar frío en tendinitis cuando exista dolor. Por su parte, el calor se puede utilizar cuando hay dolor en lesiones musculares, rigidez, torticolis o malas posturas. Antes de comenzar un entrenamiento se aconseja el calor para aumentar la flexibilidad y evitar lesiones. “La aplicación de un calor confortable ayuda a relajar el sistema nervioso y puede ser beneficioso para el organismo, ya que el estrés es uno de los factores más importantes en algunos de los problemas que transcurren con dolor muscular” destaca el Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Las terapias RICE (Reposo, Hielo, Compresión y Elevación) es un método para tratar la inflamación después de una lesión en músculos, ligamentos o tendones
Es muy importante a la hora de aplicar, tanto frío como calor en la zona lesionada, hacerlo correctamente. El frío se puede poner con compresas húmedas o en seco con bolsas de hielo, pero nunca aplicarlo directamente sobre la piel. También conviene alternar frío húmedo y seco durante dos horas manteniéndolo sobre la zona unos 15 o 20 minutos. El calor, se aplica exactamente igual que el frío, con compresas húmedas, o en seco con bolsas de agua caliente o sacos de semillas y en los mismos intervalos de tiempo. Hay que saber que no se debe aplicar calor en ninguna herida abierta en las primeras 24 horas, pues el calor aumenta el flujo sanguíneo e incrementaría el sangrado. Y, por supuesto, no olvidar que, si se aplica de forma incorrecta el frío o el calor, podría empeorar la lesión. Por eso, hay que acudir al médico después de una lesión, ya que solo el especialista puede indicar cual es el mejor método para mejorar una lesión.
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