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Un tren con destino a la historia de Madrid

Las huellas de la Guerra Civil posibilitan un recorrido por algunos de los paisajes más hermosos y con mayor poso histórico de la Comunidad de Madrid: El tren de los 40 días

Historia y naturaleza se unen en una singular ruta que recorre la comarca de Las Vegas y La Alcarria de la Comunidad de Madrid. Se trata de El tren de los 40 días, también conocido como Vía Negrín. La ruta se desarrolla sobre las huellas de un viejo ferrocarril que desempeñó un papel fundamental durante la Guerra Civil española. Con la carretera de Valencia cortada, este tren fue el vehículo que permitió que los suministros de alimentos, medicinas y armamento del bando republicano continuaran llegando hasta las poblaciones de esta zona de Madrid. 

Una línea con historia

El tren de los 40 días fue construido por orden de Juan Negrín López, presidente del Gobierno de la República, y su ministro de Comunicaciones Transporte y Obras Públicas, Bernardo Giner de los Ríos. Con un trazado que iba desde Torrejón de Ardoz hasta Tarancón, la línea estuvo en funcionamiento entre 1937 y 1939, tiempo durante el cual sirvió de enlace entre las líneas de Madrid-Zaragoza y de Madrid-Levante.

Recibe su nombre porque la línea fue levantada en un tiempo record (aunque no fueron 40 sino cerca de 100), ya que la urgencia de contar con una línea de transporte que evitara el aislamiento de las poblaciones por las que pasaba y que mantuviera las comunicaciones entre Madrid y Valencia era grande.  “Muchos prisioneros de guerra y batallones de castigo participaron en su construcción, y desgraciadamente hubo presos que murieron en esos trabajos”, relata Mariano Rivera, vecino y cronista oficial de Villar de Olmo, una de las poblaciones por las que pasaba esta línea.”

Un tren con destino a la historia de Madrid
Uno de los angostos pasos de la ruta.

La precipitación y las circunstancias en las que fue construida hicieron que la línea adoleciera de no pocos defectos. Solo se tendió una línea de raíles, por lo que para que un tren circulara en un sentido debía esperar a que pasara el que iba en dirección opuesta. Las vías se hicieron aprovechando chatarra recuperada de vías muertas, y los  túneles que se levantaron para facilitar su paso eran tan estrechos y tenían tan poca ventilación que los maquinistas se veían obligados a atravesarlos a toda velocidad para no perecer asfixiados. Además, los desniveles eran tan pronunciados que los convoyes casi se detenían por completo al llegar a determinados tramos.

Con un trazado que iba desde Torrejón de Ardoz hasta Tarancón, la línea estuvo en funcionamiento entre 1937 y 1939

Las poblaciones locales jugaron un papel destacado en la obra. “Los  profesionales de distintos oficios que vinieron a trabajar en el tren dormían en las casas de los vecinos. En casa de mi abuela se alojaron varios electricistas”, recuerda Rivera. Unos trabajadores que no solo se ocuparon de levantar la línea para inaugurarla, sino también de su mantenimiento después. “Se producían corrimientos de tierra, no había suficiente agua para las locomotoras… Hizo falta mucha gente para que el tren pudiera seguir siendo utilizado”, explica.

Un tren con destino a la historia de Madrid
La ruta es perfecta para practicar el ciclismo.

Varias rutas recuperan el paso del tren 

El tren de los 40 días ha recuperado varios de los emplazamientos por los que transitaron sus vías, ofreciendo al visitante la oportunidad de sumergirse en la historia de España al tiempo que disfruta de los paisajes esta comarca madrileña. Y aunque no queda ni rastro de los railes originales porque sus vías fueron desmanteladas en los años 40 del Siglo pasado, algunos de aquellos túneles siguen dando testimonio de aquella página trágica que supuso la Guerra Civil. “Muchos de esos tramos se usaron como polvorín y algunos de ellos acabaron saltando por los aires. Otros se hundieron. Los que mejor se conservan son los que pasan por Villar del Olmo”, indica Mariano Revilla.

Una de las rutas propuestas recorre el viejo paso del tren entre Carabaña y Estremera. En total, 14 kilómetros de dificultad media-baja para recorrer en bicicleta o a pie. La ruta es muy agradable y transcurre por caminos asfaltados libres de tráfico rodado. Especialmente emocionante resulta pasar por sus túneles y las viejas “trincheras” que atraviesan las colinas formando cortados.

El tren de los 40 días ha recuperado varios de los emplazamientos por los que transitaron sus vías, ofreciendo al visitante la oportunidad de sumergirse en la historia de España
Las huellas del tren se han convertido en una Vía Verde.

Otra alternativa es hacer el recorrido a su paso por Villar del Olmo. El trazado ha sido recuperado recientemente para tareas de ocio y paseo. Una ruta de 12 kilómetros que discurre por la ladera del valle atraviesa tres de los 11 túneles con los que contaba esta línea. El recorrido cuenta con miradores y la posibilidad de conectar con otros caminos como la Cañada de las Merinas. Un camino cuajado de impresionantes vistas y panorámicas del municipio. Otros tramos más irregulares y en los que los túneles están cerrados recorren los municipios de Pozuelo del Rey y Orusco de Tajuña.

El tren de los 40 días es una alternativa para un tipo de turismo que entronca con la historia y la naturaleza de la Comunidad de Madrid. Eso sí, aclara, Mariano Rivas,  quien espere ver railes tendidos, vagones y locomotoras, tendrá que esperar a que se haga realidad un proyecto de centro de interpretación actualmente en fase de desarrollo. Mientras llega, El tren de los 40 días ofrece muchos otros atractivos al visitante. “Es una vía verde”, recuerda Rivas. “Se conservan los túneles, las trincheras y, sobre todo, es un entorno ecológico precioso y lleno de fauna y flora autóctonas de La Alcarria madrileña”. 

Más información:

www. viasverdes.com

www.vegasyalcarriamadrid.com

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