En un tiempo en que la obesidad se ha convertido en una de las preocupaciones de salud más apremiantes, emerge un mensaje optimista: una reducción de peso mínima, de tan solo el 5%, podría ser la clave para combatir esta epidemia. Esta idea resonó con fuerza en el XIX Congreso Nacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), en Sevilla, un evento que ha reunido recientemente a los principales expertos en el campo.
Una de estas expertas, la Dra. Margarita Rivas, especialista en Endocrinología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa lo explica con claridad: "La obesidad constituye un problema de salud pública de proporciones epidémicas, es una enfermedad crónica, multifactorial, progresiva, que afecta aspectos biológicos, psicológicos y sociales de la vida de un individuo”.
La obesidad: un desafío creciente
Actualmente, España enfrenta un desafío creciente con la obesidad, que afecta al 25% de los hombres y al 23% de las mujeres, según el último informe de la OCDE. Proyecciones para 2030 estiman un aumento alarmante en estos números, que alcanzará una prevalencia del 37%.
La combinación de un estilo de vida occidental centrado en dietas inadecuadas y el sedentarismo, junto con factores socioeconómicos y genéticos, complica la lucha contra esta tendencia.
Hay patologías asociadas a la obesidad que pueden revertirse a partir de una pérdida de peso de tan solo el 5%
Los expertos enfatizan que la obesidad está intrínsecamente vinculada con más de 200 patologías diferentes, muchas de ellas con efectos debilitantes. Las enfermedades más comunes asociadas con la obesidad incluyen afecciones cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión e hipercolesterolemia.
Pues bien, una de las conclusiones más importantes de los expertos es que una pérdida de peso del 5% puede iniciar un cambio significativo en la salud de un individuo. Hay patologías asociadas a la obesidad que pueden revertirse a partir de una pérdida de peso de tan solo el 5%.
Ahora bien, es necesario entender la necesidad de un enfoque integral para abordar la obesidad. Este enfoque incluye una mejora en los hábitos alimenticios, el incremento de la actividad física y el uso de fármacos cuando sea necesario. En casos de obesidad mórbida, no hay que descartar la cirugía bariátrica. Y en todo caso, no hay que olvidar la importancia del apoyo psicológico durante el proceso de pérdida de peso, puesto que hay una dimensión emocional y mental que no puede obviarse.
Cáncer, bienestar y niños
Un aspecto menos discutido, pero no menos importante, es la relación entre obesidad y cáncer. El Dr. Alberto Aliaga, jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón enfatiza el hecho de que "la reducción de peso reduce el riesgo de padecer cáncer de colon, mama, riñón y esófago", aportando con ello otra razón muy relevante para controlar la obesidad.
Además de los aspectos médicos y físicos, la obesidad también incide en el bienestar social y psicológico de los individuos. Afecta a la autoestima y a las relaciones interpersonales, y puede limitar la movilidad y la capacidad para realizar actividades cotidianas. En este sentido, la pérdida de peso no solo es una cuestión de salud física, sino que también contribuye significativamente a la calidad de vida general.
Según el último informe de la OCDE, en España la obesidad afecta al 25% de los hombres y al 23% de las mujeres
La obesidad, etiquetada como una enfermedad crónica y progresiva, no solo afecta a los adultos, sino que también es una creciente preocupación en la población infantil. Esto señala la importancia de implementar políticas de salud pública que promuevan estilos de vida saludables desde una edad temprana. La educación sobre la nutrición y la actividad física, junto con el acceso a alimentos saludables y espacios para el ejercicio, son fundamentales en esta lucha.
En conclusión, el mensaje de los expertos es claro y lleno de esperanza: una modesta pérdida de peso puede ser el inicio de un cambio significativo en la lucha contra la obesidad. Este cambio de enfoque no solo es crucial en la batalla contra esta epidemia, sino que también ofrece una oportunidad para mejorar la calidad de vida y el bienestar general de la población.
