El municipio de Villarejo de Salvanés está en el corazón de la Comarca de las Vegas, en el sudeste de la Comunidad de Madrid, a unos 50 kilómetros de la capital. Situada entre los ríos Tajo y y Tajuña, esta Villa de Madrid de aproximadamente 7500 habitantes encuentra sus orígenes en un asentamiento militar surgido a mediados del Siglo XIII y que con el tiempo llegó a convertirse en cabecera de la Encomienda Mayor de Castilla, gran centro administrativo y sede de la Orden de Santiago. La Orden macó de hecho la evolución y enorme influencia de esta localidad fortificada, que vivió su momento de máximo esplendor durante el Siglo XIV. Un rico patrimonio monumental que hizo que esta localidad fuera declarada Conjunto Histórico en 1974 y que sigue muy presente en sus calles, impregnando al visitante de un evocador aroma medieval.
Fortaleza de la Orden de Santiago
La construcción de esta edificación de carácter militar tuvo lugar aprovechando la estructura de una antigua atalaya de origen árabe de planta cuadrada. La única parte del castillo que se conserva en la actualidad -junto con alguna de las ruinas de la muralla- es la torre del homenaje. Se trata de una torre única en su género en nuestro país, que consta de cuatro plantas y está compuesta por ocho torreones agrupados. Está considerada como el torreón más importante de la Comunidad de Madrid, además de ser el auténtico símbolo de la localidad, en cuyo escudo figura con destacado protagonismo.
La Orden de Santiago macó la evolución de esta localidad fortificada, que vivió su momento de máximo esplendor durante el Siglo XIV
En la actualidad desempeña las funciones de oficina y centro de interpretación turística, y alberga desde hace poco tiempo el Primer Museo dedicado a los Tercios Españoles, una muestra que “está despertando una enorme expectación entre los visitantes”, apunta Ricardo Anido, promotor turístico del Ayuntamiento de Villarejo de Salvanés.
Casa de la Tercia
Levantada por la Encomienda Mayor de Castilla, la Casa de la Tercia debe su nombre a que en ella se guardaba la tercera parte de los tributos recibidos, que quedaban en manos el Comendador para su disfrute personal.
Aunque resulta difícil establecer su fecha de construcción, sus características invitan a fijarla en pleno Siglo XVI, como parece acreditar el escudo imperial de los Austrias que se observa en su fachada. Fue residencia, entre otras figuras ilustres, de don Luis de Requesens y Zúñiga, comendador mayor de Castilla.
Consta de dos plantas y un patio de columnas y actualmente las antiguas bodegas albergan el Museo Etnográfico, y el granero es una magnífica sala de exposiciones.
Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Lepanto
Una de las grandes curiosidades que encierra esta Villa de Madrid es este santuario conmemorativo de la batalla de Lepanto. “¿Qué tiene qué ver un ‘puerto del mar de Castilla’ con un combate naval que tuvo lugar en un golfo griego? La respuesta a esa pregunta está en la figura de don Luis de Requesens”, señala Ricardo Anido. Militar destacado en Lepanto, mentor de don Juan de Austria y comendador mayor de Castilla en la Orden de Santiago, Requesens había hecho la promesa de que dedicaría un santuario a la Virgen en caso de victoria española contra los turcos. Dicho y hecho. “Se dice que la talla de la Virgen se la regaló a Requesens su amigo el Papa Pio V, y que el militar se la llevó Villarejo para donarla al santuario”, agrega Anido.
Construido siguiendo los preceptos de los monjes franciscanos, que serían sus primeros moradores, el santuario es una edificación de piedra en mampostería de carácter austero y líneas simples de entre las que destaca la espadaña de ladrillo de estilo mudéjar. Su interior presenta una nave con pilastras toscanas y arcos de medio punto, y dispone de una capilla mayor cubierta por una bóveda de cañón.
En la actualidad, parte de las instalaciones conventuales se utilizan como escuela.
Las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Victoria de Lepanto se celebran alrededor del 7 de octubre, fecha en la que tuvo lugar la famosa batalla.
Museo del cine
Otro de los grandes atractivos de esta Villa de Madrid la aleja de su época más gloriosa y se adentra en los últimos años del Siglo XIX y principios del XX. Y es que en Villarejo se ubica el primer Museo del Cine profesional de España. Cuenta con una de las colecciones más ricas de Europa en ingenios del periodo pre-cinematográfico y proyectores, incluyendo valiosas piezas de Edison y los hermanos Lumière.
Organizado en siete exposiciones temáticas y once subgrupos expositivos que incluyen una cabina completa de cine de cada decenio del siglo XX, la visita a este museo supone un bello espectáculo visual y didáctico y una completa muestra de la historia del séptimo arte.
Tierra de vinos y aceites
Villarejo de Salvanés es un municipio de arraigada tradición agrícola. El cultivo de la vid es uno de los más importantes referentes de esta industria. Los caldos elaborados por las dos bodegas locales, pertenecientes ambas a la denominación de origen Vinos de Madrid, han obtenido diversos premios internacionales, y cuentan cada vez más con el reconocimiento de consumidores y expertos.
Además, la localidad concentra a mayor producción de aceite de oliva extra de la Comunidad de Madrid, un producto que se caracteriza por su gran calidad. Actualmente hay dos almazaras donde se puede adquirir el aceite local.
Sin salir de la gastronomía, también son muy conocidas las “rosquillas de la Tía Javiera”, vecina de Villarejo, todo un clásico de las fiestas de San Isidro junto a las “tontas”, las “listas” y las “francesas”.
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