"Oriol Junqueras no puede más, quiere salir de la cárcel" después de más de dos años recluido. Quien habla es un importante dirigente de ERC, que explica a Vozpópuli que el líder republicano tiene una sola prioridad a corto plazo: abandonar el centro penitenciario de Lledoners (Gerona) donde está recluido desde julio de 2018. Antes permaneció siete meses preso en Soto del Real (Madrid).
Según esta fuente, Junqueras, condenado a 13 años de prisión por sedición y malversación en el juicio del 1-O, es de los encarcelados que "está sufriendo más" y eso explicaría el tono y las formas tan inusualmente duras que emplea en la entrevista concedida el pasado sábado al diario El País. El máximo dirigente de ERC no ahorra duros epítetos y expresiones, y reitera que lo que ocurrió el 1-O de 2017 estuvo bien.
"¿No engañaron ustedes a los catalanes prometiendo una independencia imposible?", le pregunta el periodista, y él responde: "Y una mierda. Y una puta mierda. Dijimos la verdad: que el procés tenía que acabar en la independencia. Eso se impidió con palizas, cárcel, destituyendo Gobiernos y cerrando Parlamentos".
Los republicanos creen que su líder está padeciendo algo parecido a una depresión después de algo más de dos años de cárcel y sin poder lograr permisos penitenciarios hasta 2021
En ERC añaden que su líder, que no garantiza el apoyo presupuestario al Gobierno de Sánchez si no hay avances en la mesa de negociación con el PSOE, estaría padeciendo algo parecido a una depresión. Por ello, Junqueras trabajó activamente a favor de la investidura de Pedro Sánchez desde el pasado diciembre, convencido de que así será más fácil el calendario de su puesta en libertad después de una condena a trece años de cárcel. Y es que, si no media alguna medida excepcional, no tendrá permisos antes de la primavera de 2021.
En Podemos explicaban en los días previos a la investidura que tenían el visto bueno de Junqueras, aunque temían que ERC, presionado por los sectores más fanatizados del partido, se echara atrás. Pablo Iglesias llegó a mantener reuniones secretas en Madrid con algunos representantes del grupo de radicales para intentar desbloquear la investidura.
El problema que tiene la mesa de negociación es que el acuerdo con el PSOE fija su constitución para "quince días" después de la formación del Gobierno, pero desde círculos gubernamentales se está ya intentando dar largas al calendario. Las palabras de Junqueras vendrían también así a ser un aviso a Pedro Sánchez para que cumpla lo prometido.
Además, el líder de ERC está viendo como Carles Puigdemont, quien puede ser su rival en un hipotético adelanto electoral en Cataluña -"si hay opción, yo no renuncio a nada", declara en la entrevista hecha en Lledoners- no solo se mueve libremente sino que en los próximos meses va a tener un escaño en el Parlamento Europeo que le va a dar una visibilidad que él no tendrá.