Los efectos del accidente nuclear de Fukushima como consecuencia del terrible terremoto que azotó Japón en 2011 se van dejando notar con el paso del tiempo. Los primeros estudios sobre la fauna local indicaban un efecto en la abundancia de pájaros e insectos y un aumento en el número de malformaciones en estos animales. Aunque algunas mediciones indican que los habitantes de la zona no están recibiendo dosis de radiación que puedan producir un problema de salud, la situación en los bosques - que no han sido descontaminados - podría ser mucho peor.
Un equipo de investigadores liderados por Shin-ichi Hayama ha analizado la sangre de 61 macacos japoneses (Macaca fuscata) que viven a unos 70 km de la central de Fukushima Daiichi y ha comparado su situación con la de una población de 31 monos que viven en la península de Shimokita, a unos 400 km de la central. Durante un año, los científicos han analizado la sangre de los dos grupos de primates y han encontrado que los niveles de glóbulos rojos y blancos en los monos de Fukushima eran sensiblemente inferiores que en el grupo que vive más lejos. En cuanto a la acumulación de cesio en los músculos, los investigadores indican que en el grupo de Fukushima variaba entre 78 y 1.778 bequerelios por kilogramo, mientras que en los monos de Shimokita las cantidades estaba por debajo del umbral de detección.
Ubicación de las dos poblaciones de macacos (Hayama et al.)
En el caso de los glóbulos blancos, los autores del trabajo, publicado en Scientific Reports, indican que la correlación negativa con los índices de cesio solo se produce en los ejemplares más jóvenes, de modo que podría suceder que fueran más sensibles a la radiación y que estén más expuestos a enfermedades (por la bajada de las defensas). En cuanto a la posibilidad de que las enfermedades o la peor nutrición sean la causa de estas diferencias en los niveles de glóbulos rojos y blancos en sangre, los científicos tienen el análisis de más de mil monos muertos en la zona desde 2008 y ni se han encontrado infecciones ni diferencias en los niveles de grasa con los de la península de Shimokita.
En Chernóbil se encontró una correlación parecida en la sangre de los niños
¿Quiere esto decir que la radiación de Fukushima está causando estos cambios en la sangre de los monos? En estudios realizados con los niños de la zona de Chernóbil en los años 90 se encontró una correlación parecida entre los niveles de cesio y la cantidad de glóbulos rojos en sangre, pero los investigadores se muestran prudentes ya aseguran que hay que seguir investigando para descartar otros factores que puedan estar influyendo en estas alteraciones.
Los efectos de la radiación sobre las poblaciones locales de fauna todavía no se conocen bien, y en ocasiones ofrecen sorpresas, como en el trabajo liderado recientemente por el científico español Ismael Galván, en el que descubrieron que las poblaciones de aves de Chernóbil se están adaptando a la radiactividad.
Referencia: Low blood cell counts in wild Japanese monkeys after the Fukushima Daiichi nuclear disaster (Scientific Reports)
En Next: De los pájaros de Chernóbil al origen de los pelirrojos
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