Las primeras autopsias a los fallecidos por coronavirus en Italia mostraron microembolias en los pulmones y daños en las arterias y el corazón. Uno de los científicos pioneros en la lucha contra la enfermedad en el país es el doctor Francesco Vaia, director del Instituto Nacional para Enfermedades Infecciosas 'Lazzaro Spallanzani’. Durante los dos meses de lucha contra la enfermedad, él y su equipo han aprendido y corregido su estrategia, y han conseguido ser el único centro italiano sin contagios entre su personal sanitario. Charlamos con él por videconferencia desde su despacho en Roma.
En su experiencia de estos dos meses, ¿cómo ha cambiado su visión sobre la forma en que actúa el coronavirus SARS-CoV-2?
En el Instituto Spallanzani empezamos a entender bien el coronavirus a partir de hospitalizar a una pareja procedente de China. Desde ahí han empezado a entender la terapia y los medicamentos que necesitaban y los órganos a los que afectaba la enfermedad. Al principio se pensaba en la neumonía intersticial bilateral, ahora sabemos que compromete a otro órgano importante que es el corazón, y afecta al miocardio y el pericardio.
¿Hasta qué punto compromete el corazón?
Esto es importante porque lo hemos visto mediante macroscopía y mediante la microscopía en la autopsia de 20 cadáveres italianos entre los 35 y los 90 años, aunque casi todos ancianos de 70 a 90.
“Todos los pacientes murieron por colapso cardiorespiratorio"
De las autopsias, ¿todos han muerto por un fallo del corazón y la sangre más que por el problema de los pulmones?
Todos por los pulmones y por compromiso del corazón.
¿Qué se veía en esos corazones?
Se veía una fibrosis en el miocardio y pericardio, porque al final estos pacientes murieron por colapso cardiorespiratorio. Y, de hecho, en parte la terapia fue cambiada. Primero empezamos con Remdesivir y con terapia oxígeno, después empezamos con Tocilizumab, que se utilizaba contra la artritis reumatoide como antiinflamatorio. Pero con la anatomía patológica se ha visto vasculitis, inflamación de las arterias y las venas alrededor de los pulmones y el corazón. Y en este punto se piensa en otro fármaco: la heparina. No hay evidencia médica sólida aún, porque es un virus nuevo, pero basándome en el empirismo, observo y la experiencia me dice cómo comportarme. En Roma, en el Spallanzani, nos ha ido bien. Se ha curado la pareja (china), se han curado muchas personas y es el primer hospital en Italia con cero infecciones entre el personal sanitario.
“El Spallanzani es el primer hospital en Italia con cero infecciones entre el personal sanitario”
¿Cómo lo han conseguido?
Porque hemos sido muy duros en la separación de recorridos y en la aplicación de reglas exactas dentro del hospital, nunca se ha permitido el acceso a otras personas, ni siquiera familiares dentro del hospital, y hemos obligado al uso de máscaras y la distancia, aplicada a todos, incluso los servicios como comedor, bar… Todo el que no era sanitario se quedaba fuera. Y ahora, además, el hospital ha hecho un buen trabajo, ¿qué hemos hecho? Hemos ido al territorio, ¿por qué? Porque en Roma el virus no está en el corazón de la ciudad, está fuera de la ciudad. Se han hecho clusters [agrupaciones en Nerola, Contigiano, institutos religiosos… Hemos hecho una campaña para atacar al virus en su territorio.
¿Tienes ya resultados de cuánta población ha sido afectada en Roma?
Hemos hecho un proyecto para controlar una población de 300.000 personas mediante análisis de seroprevalencia, serovigilancia mediante extracciones de sangre. Te dice si eres IGG positivo, paso de nuevo el tampón y si es negativo soy inmune y si es positivo sigo siendo contagioso. Importante para combatir el virus. Eso está en curso y se está haciendo ahora en persona sanitario, fuerzas del orden, carabineros, militares, etc.
¿Cree que españoles e italianos no vimos venir la pandemia a tiempo? ¿Cuáles pueden ser los motivos?
Los italianos lo vieron bastante a tiempo.Italia es muy larga, Milán es una cosa y Roma es otra, aquí la situación es diferente. Los números dicen que la situación es distinta. Porque en el centro la prevención fue diferente, fuimos rápidos y más efectivos. Pero no es solo la prevención, hemos adoptado rápido y con inteligencia. Hemos adoptado rápido medidas contra la agresividad del virus y nos ha dado resultado.
Pero, ¿cuál es la diferencia?
En nuestros hospitales tenemos cero infecciones, en el norte se han infectado muchos médicos y enfermeros y eso ha tenido un efecto multiplicador.
“Hay que ir donde está el virus, confinarlo en la zona donde está y no dejarlo expandirse”
¿Por qué cree que a pesar del estricto confinamiento en España y en Italia no se terminan de frenar del todo los contagios?
Porque el distanciamiento social es importante, pero también las precauciones de sanidad pública, como por ejemplo la seroprevalencia, ir a ver dónde está el virus, confinarlo en la zona donde está y no dejarlo expandirse. Nosotros esto lo hemos hecho, pero no sé si lo han hecho en otras partes.
¿Qué pasos nos queda dar ahora para volver a la normalidad?
En Italia todos me piden que vayamos a “la segunda fase”. Yo digo que antes de nada tenemos que atravesar el desierto. De la fase A a la fase B no se va directamente, hace falta una fase intermedia que es el desierto, el “destete” [“svezzamento”]. Todo se debe abrir, la economía, el deporte, pero muy despacio, con las reglas y observando. Observo, veo y cuando compruebo abro. Muy despacio, durante la fase del desierto.
“Antes de llegar a “la segunda fase” de la pandemia tendremos que atravesar el desierto”
¿Cuánto durará esa travesía del desierto?
El señor lo sabrá (risas), porque el virus es nuevo, no sabemos. Pero el tiempo juega a nuestro favor, porque en junio empezaremos a experimentar la vacuna en personas.
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