En el mismo mes que hemos conocido la detección de una bacteria resistente a varios tipos de antibióticos en Estados Unidos, se ha publicado en Nature una nueva vía sintética para la producción de antibióticos macrólidos a partir de compuestos muy simples. Los investigadores, encabezados por Ian Seiple (Universidad de Harvard) han conseguido usando esta nueva vía sintetizar ya algunos compuestos nuevos que presentan una potente actividad antibiótica frente a cepas bacterianas que ya mostraban resistencia a macrólidos convencionales, lo que indicaría que esta vía podría abrir un nuevo frente de lucha contra la superresistencia.
Se abre la puerta a sintetizar decenas de miles de moléculas candidatas a nuevos antibióticos
Durante décadas los nuevos antibióticos se han descubierto a base de modificar químicamente productos naturales, lo que se conoce como semisíntesis. El problema de este procedimiento es que es muy difícil controlar selectivamente qué modificaciones químicas son las que ocurren en unos compuestos que son estructuralmente muy complejos, lo que limita sobremanera las moléculas candidatas que pueden hacerse.
La eritromicina, un antibiótico macrólido que se obtiene por fermentación, fue descubierta en 1949 y sus derivados semisintéticos azitromicina y claritromicina se recetan habitualmente para el tratamiento de varias infecciones del tracto respiratorio y de la piel, como neumonía, gonorrea o la faringitis estreptocócica. Funcionan a base de interferir el funcionamiento de los ribosomas de las bacterias, que dejan de producir proteínas. Pero la resistencia bacteriana a estos macrólidos se ha extendido tanto que la semisíntesis no puede proporcionar nuevas moléculas que sirvan de alternativa con suficiente rapidez.
El equipo de Seiple lo que ha conseguido es eliminar la necesidad de la semisíntesis. Ahora, a partir de solo ocho moléculas sencillas han diseñado rutas de síntesis que pueden terminar formando moléculas muy complejas (de hasta 16 anillos aromáticos), lo que siempre se había considerado poco menos que imposible desde el punto de vista práctico. De esta manera se abre la puerta a sintetizar decenas de miles de moléculas candidatas a nuevos antibióticos, con la posibilidad añadida de modificar casi cualquier cosa que se quiera en la estructura.
El método ya ha producido más de 300 macrólidos candidatos que hasta ahora era imposible obtener por semisíntesis. Uno de ellos ha sido un antibiótico ya en uso, la telitromicina, y un candidato clínico, la solitromicina, que son eficaces frente a la neumonía. Además, la nueva vía sintética permitió producir cantidades significativas, sin las limitaciones que conlleva depender de un producto natural.
Han producido más de 300 macrólidos candidatos que hasta ahora era imposible obtener
Las pruebas demostraron que la mayoría de estos compuestos presentaban actividad antibiótica frente a un amplio espectro de bacterias patógenas, y algunos eran activos frente a cepas bacterianas que muestran resistencia a los macrólidos en uso. Entre éstas estaban la superbacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) y la Enterococcus resistente a la vancomicina.
Este hallazgo da una razón para la esperanza en la lucha contra la superresistencia bacteriana, probablemente una de las luchas silenciosas más importantes para el futuro de la humanidad, aunque solo sea por la multitud de nuevos candidatos a antibióticos que proporcionará. Eso sí, se necesitarán décadas de estudio para evaluarlos todos.
Referencia: I. Seiple et al (2016) A platform for the discovery of new macrolide antibiotics Nature doi: 10.1038/nature17967
* Este artículo es parte de ‘Proxima’, una colaboración semanal de laCátedra de Cultura Científica de la UPV con Next. Para saber más, no dejes de visitar el Cuaderno de Cultura Científica.
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