La Comisión Europea ha retirado la autorización de comercialización de la vacuna contra la Covid-19 de AstraZeneca. Esta decisión llega después de que el propio laboratorio así lo pidiera el pasado mes de marzo. "A petición del titular, se retira la autorización de comercialización del medicamento 'Vaxzevria - Vacuna COVID-19', que fue concedida el 29 de enero de 2021", reza el texto publicado por la Comisión Europea. El 27 de marzo, la Comisión Europea aceptó el cese de comercialización de la vacuna, que será efectivo a partir del 7 de mayo.
"Estamos increíblemente orgullosos del papel que desempeñó 'Vaxzevria' para poner fin a la pandemia mundial. Según estimaciones independientes, solo en el primer año de uso se salvaron más de 6,5 millones de vidas y se suministraron más de 3.000 millones de dosis en todo el mundo. Nuestros esfuerzos han sido reconocidos por gobiernos de todo el mundo y son ampliamente considerados como un componente fundamental para poner fin a la pandemia mundial", han informado desde la compañía.
En este sentido, AstraZeneca ha explicado que el cese de la comercialización de la vacuna se debe a que "se han desarrollado múltiples vacunas actualizadas para variantes de Covid-19", lo que supone que "ahora hay un excedente de vacunas disponibles. Esto ha provocado una disminución en la demanda de 'Vaxzevria', que ya no se fabrica ni suministra", sigue el comunicado de la empresa.
Sin embargo, el fin de la comercialización se da unos días después de que se haya conocido que AstraZeneca admitió por primera vez, un documento legal presentado ante el Tribunal Superior de Reino Unido en febrero, que su vacuna contra el Covid-19 puede provocar efectos secundarios como trombosis en "casos muy raros". La compañía ha precisado que la retirada no está relacionada con esta circunstancia, aunque prácticamente coincidan en el tiempo.
Efectos secundarios de AstraZeneca
Esta afirmación por parte de la farmacéutica se produce en el marco de un proceso judicial del Tribunal Supremo inglés, que tiene abierta una demanda colectiva abierta en la que 51 casos de víctimas y familiares reclaman a AstraZeneca hasta 100 millones de libras por daños y prejuicios por los efectos secundarios de la vacuna.
Uno de los efectos es el síndrome de trombosis con trombocitopenia, que es un coágulo en los vasos sanguíneos del cerebro, piernas o en otra parte del cuerpo. AstraZeneca rechaza ahora las afirmaciones que recogen las denuncias, pero acepta, sin embargo, que sus dosis "pueden, en casos muy raros, causar trombosis". Precisamente los abogados de los denunciantes argumentan que la vacuna, desarrollada junto con la Universidad de Oxford, "ha tenido un efecto devastador a un pequeño número de familias".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación