Al cantar y hablar con bebés, las personas alteran sus voces de una manera que es consistente en todas las culturas, según un estudio publicado este lunes en la revista Nature Human Behavior. Los hallazgos sugieren que la forma en que los humanos hablan y cantan a los bebés puede tener una función que ha evolucionado en común.
La evidencia de muchas especies animales muestra que las vocalizaciones a menudo tienen una función clara, como llamadas de alarma que alertan a otros sobre depredadores cercanos. Investigaciones anteriores en humanos han demostrado que tanto las canciones de cuna como la forma en que los padres les hablan a los niños tienen un efecto calmante en los bebés. Esto sugiere que estas vocalizaciones también pueden tener una función común, pero la evidencia transcultural de esto era limitada hasta ahora.
¿Bebés o adultos?
Para el nuevo trabajo, el equipo de Courtney Hilton y Cody Moser, junto con 40 colaboradores internacionales, recopilaron 1615 grabaciones de habla y canto humano de 21 sociedades en 6 continentes y aplicaron análisis computacionales para estudiar las características acústicas que diferencian los sonidos de las vocalizaciones dirigidas a adultos y a niños.
Los autores recopilaron 1615 grabaciones de habla y canto humano de 21 sociedades en 6 continentes
“Pedimos a los participantes que clasificaran cada vocalización como dirigida hacia un bebé o un adulto”, describen los investigadores. “El aviso 'Alguien está hablando o cantando’, ¿a quién crees que están cantando o hablando?' se mostró mientras se reproducía el audio. Los participantes podría responder con 'adulto' o 'bebé', presionando una tecla correspondiente a ya sea un dibujo de un bebé o un rostro adulto (cuando el participante usó una computadora de escritorio computadora) o tocando una de las caras (cuando el participante usó una tableta o teléfono inteligente)”.
Los autores encontraron que las características acústicas diferían consistentemente entre las grabaciones dirigidas a bebés y adultos. Por ejemplo, las grabaciones dirigidas a bebés tenían timbres más puros, las canciones eran más suaves y el habla tenía un tono más alto. Los investigadores reprodujeron las grabaciones a 51.065 personas de 187 países, que hablaban una variedad de idiomas, y descubrieron que los oyentes podían adivinar cuándo las vocalizaciones se dirigían a los bebés con mayor precisión que por puro azar.
Alteramos nuestras vocalizaciones hacia los bebés de una manera consistente en todas las culturas y ampliamente reconocible
Los resultados se suman a nuestra comprensión del habla y el canto humanos, y sugieren que alteramos nuestras vocalizaciones hacia los bebés de una manera consistente en todas las culturas y ampliamente reconocible, y que puede tener una función común.
Como otras especies
“Estos hallazgos no significan que el habla dirigida al bebé y la canción siempre suenen igual en todas las culturas”, advierten. Pero, a pesar de la variabilidad, se registraron regularidades acústicas y perceptivas transculturales que “están moldeadas por la cultura”, que les llevan a concluir que son muchos los elementos que compartimos a la hora de dirigirnos a los más pequeños y que puede estar predeterminado por ciertas reglas de la bioacústica.
“A pesar de la evidente variabilidad en el lenguaje, la música y la infancia prácticas de cuidado en todo el mundo, cuando las personas hablan o cantan a los exigentes bebés, modifican las características acústicas de sus vocalizaciones en formas similares y mutuamente inteligibles entre culturas”, concluyen. “Esta evidencia apoya la hipótesis de que las formas de las vocalizaciones dirigidas por bebés están moldeadas por sus funciones, de una manera similar a las señales vocales de muchas especies no humanas”.
Referencia: Acoustic regularities in infant-directed speech and song across cultures (Nature) DOI 10.1038/s41562-022-01410-x
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