Ciencia

No, cuando saca la lengua el bebé no te está imitando

Descubren que decenas de estudios sobre la capacidad de imitación de los bebés estaban mal diseñados. Copiar los gestos no es una capacidad innata, sino aprendida.

Todos lo hemos hecho alguna vez, con nuestro bebé o con el de otros. Te quedas mirando fijamente su cara, sacas la lengua y el crío - con apenas unas semanas de edad- hace lo mismo. Qué majo, pensamos. Tan pequeño y está programado para imitar a los adultos y así aprender. Y hay hasta quien se anima a dar una pequeña charla sobre las neuronas espejo.

Probablemente solo es emoción por ver a un adulto haciendo algo interesante

Pues bien, como suele suceder en ciencia, resulta que habrá que rectificar y tirar por tierra decenas de estudios en los que se documentaba este comportamiento y se daba por bueno que el bebé estaba imitando a los adultos. El equipo de Virginia Slaughter, de la universidad australiana de Queensland, publica este jueves un trabajo en la revista Current Biology que pone las cosas en su sitio. De hecho, Slaughter y su equipo estaban diseñando un estudio para ver cómo esta capacidad imitadora influía posteriormente en el desarrollo de los bebés cuando vieron que algo no encajaba.

Para el trabajo, los autores realizaron pruebas con 106 bebés a los que presentaron 9 tareas sociales y dos no sociales a diferentes edades (1, 2, 6 y 9 semanas de desarrollo). Al recopilar los resultados se dieron cuenta de que los críos no imitaban en absoluto lo que estaban viendo y que las probabilidades de que hicieran cualquier gesto eran las mismas de que hicieran un gesto que coincidiera con el del adulto.

El problema, a juicio de Slaughter, es que la mayoría de los estudios sobre el tema solo sometían al bebé a la prueba con gestos de sacar la lengua y abrir la boca, lo que condicionaba el resultado. No se hacían más gestos o expresiones adicionales a los bebés para ver qué sucedía en otros casos. "Si los bebés también aumentan la cantidad de veces que sacan la lengua ante una cara feliz o un dedo que apunta", explica la investigadora, "no estamos ante un caso de imitación, sino probablemente ante una señal de emoción al ver a un adulto hacer algo interesante". Su equipo, añade, eliminó este problema añadiendo un amplio abanico de modelos y gestos para comprobar la verdadera naturaleza de la respuesta.

"Los bebés no nacen con la habilidad de imitar lo que otra gente hace"

Con estas pruebas los científicos se atreven a afirmar que la imitación no es un comportamiento innato en los seres humanos, sino aprendido. "Los bebés no nacen con la habilidad de imitar lo que otra gente hace", insiste Slaughter, "más bien adquieren esa habilidad durante los primeros meses de vida" Una posibilidad muy interesante es que sean los adultos que imitan al bebé los que le estén enseñando esta habilidad. "hemos visto que los padres imitan a los bebés una vez cada dos minutos de media", asegura la investigadora. "Esto es un medio muy poderoso por el que los bebés pueden aprender a vincular sus propios gestos con los de otra persona".  Los autores se proponen ahora ampliar el estudio a niños de hasta 2 años para completar sus resultados.

Referencia: Comprehensive Longitudinal Study Challenges the Existence of Neonatal Imitation in Humans (Current Biology)  | Imagen: Donnie Ray Jones (Flickr, CC) 

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