En los ríos y lagos de África existe una familia de peces cuyos rasgos resultan especialmente llamativos. Tienen el cuerpo alargado, utilizan las aletas pectorales para moverse torpemente por la orilla y su vejiga está adaptada para ayudarles a respirar. Aunque en biología no existen esas cosas llamadas "eslabones perdidos", los rasgos primitivos de los bichires (Polypterus senegalus) han servido al equipo de Emily Standen para estudiar cómo pudieron evolucionar los primeros tetrápodos, hace alrededor de 400 millones de años.
Los científicos forzaron a un grupo de bichires a vivir en condiciones 'terrestres'.
El trabajo de Standen, publicado esta semana en la revista Nature, ha consistido en seleccionar un grupo de estos peces y dividirlo en dos grupos (más un tercero de control) a los que forzó a vivir en condiciones diferentes durante ocho meses. Al primer grupo de peces lo puso a vivir en condiciones acuáticas, similares a las que tienen en su entorno natural, mientras que al segundo lo colocó en un tanque con apenas 3 milímetros de agua (rociándolos con frecuencia para evitar la desecación) simulando un ambiente terrestre en el que los peces se vieran forzados a utilizar sus aletas para caminar.
¿Qué ocurriría con estos rasgos anatómicos cuando se sometiera al pez a un ambiente terrestre similar al que pudieron vivir los primeros tetrápodos? Los autores del trabajo comprobaron que estos peces forzados a vivir en plan terrestre comenzaron a levantar más la cabeza del suelo, mantenían las aletas más pegadas al cuerpo, las movían más rápido y se sujetaban mejor al terreno que los que permanecieron en condiciones acuáticas. Estos cambios se apreciaron también en la estructura de los huesos y los músculos, como consecuencia de las nuevas posturas que se veían obligados a mantener.
Tras ocho meses, hubo modificaciones posturales y anatómicas.
¿Quiere decir esto que los bichires pueden evolucionar hacia criaturas que caminan por tierra? Por supuesto que no. El estudio se puede prestar al malentendido de pensar que la evolución es un proceso mágico por el cual un pez sale una mañana del río y al cabo de unos años es una nueva especie. El proceso de aparición de los tetrápodos fue resultados de la suma de un montón de cambios graduales; lo que concluye el equipo de Standen es que esta plasticidad morfológica en determinadas especies de peces pudo ayudar a que este tipo de aletas funcionalmente terrestres terminaran convirtiéndose en patas. "Una plasticidad similar en el desarrollo de los peces sarcopterigios durante el periodo Devónico en respuesta a ambientes terrestres", anotan, "pudo haber facilitado la evolución de rasgos terrestres durante la aparición de los tetrápodos".
Referencia: Developmental plasticity and the origin of tetrapods (Nature) doi:10.1038/nature13708
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