Las hormigas carnívoras del género Odontomachus viven en los trópicos de todo el mundo y se las conoce como hormigas de mandíbulas-trampa por las poderosísimas tenazas que posee en la boca, capaces de cortar por la mitad a cualquier enemigo. Durante su vida, estas hormigas utilizan las mandíbulas para defender el hormiguero y son capaces de abrirlas y cerrarlas a una velocidad récord en el mundo animal, de hasta 230 km/h. Pero esta arma no las hace inexpugnables.
La estrategia les sirve para escapar de las temibles hormigas león.
Enterrada en su pequeño cráter de arena, la hormiga león es uno de los depredadores más frecuentes de estas hormigas. Solo se tiene que ocultar a la espera de que una hormiga caiga en su fosa y ya no pueda escapar de sus garras. El equipo de Fredrick J. Larabee, sospechaba que en esta lucha las hormigas Odontomachus empleaban sus mandíbulas como vía de escape y tras realizar una serie de experimentos ha comprobado que así es en un tanto por ciento de los casos.
En concreto, según el trabajo publicado hace unos días en la revista PLOS ONE, los investigadores filmaron 117 pruebas en los que la hormiga caía en una trampa de arena (construida en receptáculos artificiales) y en un 15% de los casos las hormigas emplearon sus mandíbulas para propulsarse y escapar volando. En los vídeos, filmados a cámara súperlenta, se observa a las hormigas dar un prodigioso salto impulsándose solo con su boca.
A pesar de que no todos los saltos fueron exitosos ni terminaron con la huida de la hormiga, los científicos creen que esta técnica multiplica sus posibilidades de supervivencia en caso de caer en la trampa de la hormiga león y supone un caso especial de propulsión pocas veces visto en el reino animal.
Referencia: Mandible-Powered Escape Jumps in Trap-Jaw Ants Increase Survival Rates during Predator-Prey Encounters (PLOS ONE) DOI: 10.1371/journal.pone.0124871
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