Desde la antigüedad los agricultores saben que existe una correlación entre las lluvias y la extensión de cierto tipo de plagas en sus cultivos. Una lluvia en determinada época del año, por ejemplo, supone a veces la aparición de un nuevo tipo de parásito que parece extenderse más rápido. Los investigadores se centraban hasta ahora en elaborar modelos estadísticos en los que intentaban encontrar una explicación a esta correlación, pero el equipo de Lydia Bourouiba, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), se ha aproximado al problema desde otra perspectiva.
Las características de las hojas facilitan o dificultan la dispersión de los patógenos.
En un trabajo publicado esta semana en la revista Journal of the Royal Society Interface, Bourouiba presenta el resultado de cientos de pruebas con diferentes tipos de hojas (desde hojas de bambú, plátano a tejidos artificiales) para probar el papel de las gotas de lluvia en la dispersión de los patógenos que causan las enfermedades. Las imágenes de alta velocidad les han permitido comprobar que en determinadas circunstancias las hojas actúan como catapultas de estas gotas y que los patógenos pueden saltar con facilidad a las plantas del entorno, incluso a mucha distancia.
El trabajo se ha centrado en describir las propiedades mecánicas de las hojas en función de sus características para intentar definir qué tipo de plantas se deben colocar en un cultivo, y a qué distancias, periodicidades, etc. para minimizar el impacto de estos contagios. Durante las pruebas los científicos descubrieron dos tipos de patrones en la respuesta de las hojas al contacto con gotas de lluvia, aquellas que hacen rebotar la gota hacia arriba, con una trayectoria en forma de luna creciente, y las que empujan la hoja hacia abajo y hacen que la gota desde la parte inferior hacia fuera y lejos.
Determinadas plantas podrían actuar de 'escudos' contra enfermedades.
Con los datos recogidos los científicos han elaborado un modelo que les permite predecir el comportamiento de las hojas de determinados cultivos en función de parámetros como su flexibilidad y esperan ayudar a los agricultores a mejorar el método de alternancia de cultivos que ya usaban para protegerse de la dispersión de plagas. "Si esto se hiciera de manera óptima", apunta Bourouiba, "podríamos idealmente frenar el avance [del patógeno] a una hoja vecina y se moriría ahí". De este modo, determinadas plantas actuarían como escudos y frenarían las posibilidades de que determinados virus o bacterias afectaran al resto del cultivo.
Referencia: Splash down (Nota del MIT)
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