Uno de los descubrimientos más interesantes de la neurociencia en los últimos años es la capacidad de nuestro cerebro de adaptarse a nuevas circunstancias corporales casi al instante. Algunas de estas pruebas muestran que con unas simples gafas 3D y un traje que registre sus movimientos un individuo puede sentirse virtualmente en el cuerpo de una persona de otro sexo, de otro color o con otro peso, y que eso afecta incluso a su comportamiento. Por decirlo de forma sencilla, la tecnología de realidad virtual ha demostrado que al cerebro no le cuesta nada probarse cuerpos ajenos y que si se produce una coordinación de los estímulos sensoriales (de vista, tacto y oído, por ejemplo) la persona percibe como suyo un cuerpo totalmente diferente e incluso con características imposibles, como brazos de cuatro metros de largo o piernas gigantes.
Mediante estas mismas técnicas, el equipo de Ryota Kondo y Michiteru Kitazaki ha ido un poco más allá y ha rizado el rizo al demostrar que los sujetos son capaces de experimentar esa ilusión corporal incluso cuando se prueban un cuerpo transparente. En un trabajo publicado este martes en la revista Scientific Reports, los autores muestran que mediante la simple sincronicidad visual y motora de un par de pies y un par de manos se puede hacer sentir a la persona que posee un cuerpo invisible entre ellas con toda naturalidad. El estudio, recuerdan, no es más que una versión más sofisticada de la ilusión de la mano de goma, en la que si se coloca un brazo falso a la vista del sujeto y se estimula a la vez que el brazo real y oculto, el cerebro interpreta que ese brazo falso forma parte del cuerpo e incluso se sobresalta si alguien intenta clavarle un objeto.
Podría ser útil para enseñar técnicas y habilidades corporales como el baile o las artes marciales
Esta capacidad para colocar a las personas en un punto de vista diferente al suyo se está utilizando para diferentes estrategias, como ayudar a las personas que tienen miedo a volar o poner a los maltratadores en el lugar de sus víctimas para tratar de modificar su comportamiento. Ahora Kondo y Kitazaki muestran que esta ilusiono s puede generar incluso con un par de guantes y un par de calcetines que mueven en sincronía con el sujeto durante las simulaciones y que el efecto es idéntico a cuando se realiza con un avatar de cuerpo entero, lo que abre nuevas posibilidades. En concreto, el hecho de que el sujeto pueda ser transparente y permita observar el fondo de la escena podría se útil para enseñar técnicas y habilidades corporales como el baile o las artes marciales. Pero también puede servir para plantearnos escenarios futuros. “Los comportamientos y la mente humana”, concluye el psicólogo perceptual Michiteru Kitazaki, “puede cambiar cuando experimenta la ilusión de poseer un cuerpo diferente. Así pues, debemos investigar cómo cambiará nuestra comunicación en una sociedad futura si nuestra apariencia y corporeidad se pudiera modificar durante el transcurso de nuestras vidas”.
Referencia: Illusory body ownership of an invisible body interpolated between virtual hands and feet via visual-motor synchronicity (Scientific Reports). doi: 10.1038/s41598-018-25951-2
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