Ciencia

Crece la preocupación entre los científicos españoles: descubren un alarmante brote de gripe aviar

Un nuevo descubrimiento en la Antártida ha hecho saltar las alarmas a nivel internacional

La gripe aviar vuelve a azotar a todo el mundo. Las investigaciones para tratar de prevenir la propagación de dicha enfermedad han realizado grandes avances durante los últimos meses, hasta el punto de que un equipo científico internacional identifica la dispersión de la gripe aviar de alta patogenicidad a través de la región de la Península Antártica.

Una alerta que se llevaba avisando desde el pasado año. La Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo un fuerte llamado a los países de la región para mantener el estado de alerta y colaborar con los sistemas de notificación para afrontar de mejor manera el impacto de la nueva temporada de influenza aviar que por su evolución ha sido considerada como una "situación sin precedentes".

En el marco de la III Reunión Regional de Respuesta ante la Emergencia de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) realizada en Santiago de Chile se estimó el efecto de este virus para 2024, y se prevé que este sea igual o mayor al último año, en el que 12,5 millones de aves murieron o debieron ser sacrificadas para contener la enfermedad.

Dicho y hecho. Un grupo de expertos, en el que participaron integrantes del CSIC, han examinado varios puntos considerados calientes por la presencia de gripe aviar de alta patogenicidad entre la fauna antártica ha identificado que el virus se ha extendido al área antártica del norte del Mar de Weddell y que podría suponer una amenaza para la conservación de la fauna salvaje.

"Investigadores del CSIC liderados por el virólogo Antonio Alcamí, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), con la coordinación del Comité Polar Español y el apoyo de la Agencia Española de Investigación, los tres dependientes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, instalaron un laboratorio de diagnóstico molecular en la base antártica española Gabriel de Castilla y confirmaron el pasado 24 de febrero la presencia del virus de la gripe aviar de alta patogenicidad (HPAI) H5N1 en restos de skuas muertas, un tipo de ave emparentada con las gaviotas, halladas en la base antártica argentina Primavera", explica el CSIC en una artículo publicado en su página web.

Un hallazgo que hace saltar las alertas sobre un nuevo brote de gripe aviar

El descubrimiento hizo saltar las alarmas de las entidades internacionales, las cuales movilizaron a sus científicos el pasado 13 de marzo para realizar los exámenes pertinentes y tratar de esclarecer todos los detalles sobre el nuevo caso de gripe aviar. Dicha expedición se puso en marcha a bordo del velero Australis (HPAI Australis Expedition) con la participación de los investigadores del CSIC Begoña Aguado y Antonio Alcamí para rastrear la presencia del virus en la región de la Península Antártica y la zona norte del Mar de Weddell.

Una investigación que ha dado sus frutos. Según lo que indica la CSIC "el equipo ha observado que hasta ahora las aves skuas han sido las especies más gravemente afectadas, y que los altos niveles de mortalidad detectados muestran que podría tener consecuencias a largo plazo para su conservación a nivel regional". Por el momento, se ha afirmado que el virus HPAI H5N1 (gripe aviar) ha llegado antes de lo esperado a la Antártida.

¿Cómo afectará este adelanto de los acontecimientos a la fauna de la Antártida? Las primeras conclusiones de la investigación no augura que la propagación del virus se vaya a controlar en los próximos meses. Es más, su llegada al continente austral ha despertado la preocupación sobre sus efectos en las poblaciones de fauna salvaje en la Antártida, puesto que muchas especies ya están clasificadas entre amenazadas y en peligro crítico.

La líder de la expedición, Meagan Dewar asevera que se debe reforzar las herramientas que tienen los científicos en la Antártida y que "deben poner en marcha herramientas de vigilancia" para monitorizar el impacto del virus en las especies que habitan el continente.

Para terminar, el CSIC asegura que los primeros informes confirman que la fauna sigue sana, aunque es cuestión de tiempo que empiece a propagarse la gripe aviar: "Los institutos que forman para de la expedición también van a analizar, mediante múltiples técnicas, muestras de fauna salvaje aparentemente sana, así como un conjunto adicional de muestras de cadáveres. Estos próximos análisis aportarán más información sobre la presencia del virus en animales aparentemente sanos y sobre la genética de los virus detectados. Estos datos ayudarán a entender cómo el virus se ha extendido a lo largo del tiempo y del espacio. Además, tejidos de cadáveres infectados se analizarán para entender cómo el virus causa la enfermedad y la muerte, y ayudar a comprender qué tejidos son los más idóneos para detectar el virus".

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