Ciencia

Estamos conduciendo a los pingüinos a una trampa mortal

La sobrepesca está alterando los ciclos oceánicos, hasta el punto de que los pingüinos africanos siguen señales que ya no les sirven para encontrar comida. Muchos ejemplares jóvenes mueren de hambre en una zona donde antes había alimento.

Los pingüinos africanos están yendo a pescar al sitio equivocado y no tenemos manera de avisarlos. El descubrimiento lo anuncia esta semana  el equipo de Richard Sherley en la revista Current Biology y es una de las muchas consecuencias que está provocando el cambio climático a nivel global.

“Nuestros resultados indican que los pingüinos africanos juveniles quedan atrapados en busca de comida en lugares equivocados debido al exceso de pesca y al cambio climático”, explica Sherley. “Cuando  los juveniles de esta especie en peligro dejan la colonia por primera vez viajan grandes distancias, siguiendo ciertas señales del océano que deberían indicar que hay un montón de plancton y un montón de peces que se alimentan de ello. Pero las rápidas alteraciones provocadas por los humanos han hecho que estas señales puedan dirigirles ahora a lugares donde estos peces, que son su principal presa, escasean, lo que impacta en supervivencia. Lo que se denomina una trampa ecológica”.

La sobrepesca en Namibia ha provocado un cambio radical en el ecosistema

Los científicos han descubierto esta circunstancia después de monitor izar los movimientos de las colonias de pingüinos a través del satélite. Para su sorpresa, las aves quedan atrapadas en el ecosistema de la corriente de Benguela, que ha sido históricamente una de las zonas del océano más ricas del mundo, con grandes bancos de sardinas y arenques. Pero la sobrepesca en Namibia ha provocado un cambio radical en el ecosistema.

“Los pingüinos todavía migran hacia las zonas donde el plancton es abundante, pero los peces ya no están allí”, dice Sherley. “En particular, las sardinas de Namibia han sido reemplazadas en el ecosistema por peces más pequeños y medusas”. Durante miles de años, estas aves han evolucionado para detectar las altas concentraciones de clorofila en el agua y dirigirse hacia ellas para encontrar el plancton y, como consecuencia, el alimento. Pero la intervención humana ha alterado este sistema y el instinto les conduce a una trampa donde muchos juveniles mueren de hambre. Las cifras hablan por sí solas: sus porcentajes de cría son un 50 por ciento más bajas que cuando crían en otras aguas donde el impacto humano es menos severo, según los autores.

El instinto les conduce a una trampa donde muchos juveniles mueren de hambre

Sherley y su equipo proponen algunas vías de intervención para impedir que esta especie de pingüino gravemente amenazada desaparezca. Una de ellas es trasladar a los polluelos a zonas donde no queden atrapadas sin recursos, como la zona oriental de Sudáfrica, donde no se están produciendo estos problemas. Otra alternativa es fomentar programas de intervención que protejan la zona y terminen provocando un aumento del numero de sardinas.

Referencia: Metapopulation tracking juvenile penguins reveals an ecosystem-wide ecological trap (Current Biology) DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2016.12.054

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