En algunos lugares de la Tierra, como la ciudad de Singapur, la noche se ha convertido en un recuerdo lejano, algo que sus habitantes llevan sin experimentar durante años. La contaminación lumínica es tan alta en este lugar que la población vive bajo cielos permanentemente iluminados y rara vez se tienen que adaptar a la oscuridad nocturna. En otros lugares, como Chad, la República Centroafricana o Madagascar, más de tres cuartas partes de la población siguen viviendo bajo un cielo nocturno prístino y repleto de estrellas, como los cielos ancestrales.
En algunos lugares de la Tierra la noche se ha convertido en un recuerdo lejano
Son algunas de las conclusiones presentadas por Fabio Falchi y su equipo en Science Advances, donde publican nuevo atlas de los cielos nocturnos para intentar comprender mejor el alcance de la contaminación lumínica en nuestro planeta. Falchi ya presentó el primer atlas de este tipo hace una década, pero en esta nueva edición incorpora mediciones más precisas, realizadas desde el satélite Suomi NPP y nuevas herramientas para comparar la contaminación entre países.
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La principal conclusión de su estudio es que más del 80% de la población mundial vive bajo cielos contaminados lumínicamente, entendiendo como tal aquellos en los que el nivel de luz impide la observación de las estrellas. Sus estimaciones también indican que un tercio de la humanidad se ve privada de ver la Vía Láctea cruzando el cielo nocturno, algo que han visto los humanos durante miles de generaciones. En el caso de Estados Unidos y Europa, la cifra de contaminación lumínica alcanza al 99% de la población, para quienes el cielo nocturno está vedado.
La Vía Láctea en el Dinosaur Park (Foto: Dan Duriscoe)
Este problema de contaminación lumínica ha dejado de ser solo un problema para los astrónomos, sostienen los autores, y está "alterando profundamente la experiencia humana", la oportunidad de las personas de contemplar el cielo por la noche. Los científicos creen que este atlas puede servir también para medir los efectos de este exceso de luz artificial en el medioambiente y sus consecuencias ecológicas (recientes estudios indican que puede estar cambiando los hábitos migratorios de las aves y alterando otros ciclos naturales).
Más del 80% de la población mundial vive bajo cielos contaminados
El problema de los cielos nocturnos contaminados, concluyen, ha recibido muy poca atención a pesar de los llamamientos de los últimos años, y a diferencia de otros tipos de contaminación, se ha hecho muy poco esfuerzo para cuantificarlo. El atlas pretende ser la herramienta para empezar a hacer mediciones más precisas y sostenidas en el tiempo.
Referencia: The new world atlas of artificial night sky brightness (Science Advances)
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