Durante sus años como investigador, cada vez que el paleontólogo Charles Marshall sostenía un fósil de tiranosaurio en su mano le asaltaba una y otra vez la misma duda sobre las probabilidades de que los restos de uno de aquellos animales se hubieran conservado. “La pregunta seguía saltando en mi cabeza”, recuerda el hoy director del Museo de Paleontología de la Universidad de California. “Sencillamente, ¿cómo de improbable es? ¿Se trata de uno entre mil, uno entre un millón o uno entre mil millones?”. A día de hoy se han encontrado los restos de menos de cien especímenes de Tyrannosaurus rex adultos, todos ellos en en Norteamérica, de los que alrededor de una treintena se expone en museos. ¿Hay alguna manera de saber cómo de representativa es esta muestra?
Aunque durante mucho tiempo una parte de la comunidad científica ha considerado la pregunta era imposible de responder, Marshall y su equipo han encontrado una manera de hacer una estimación. En un trabajo publicado este jueves en la revista Science, los investigadores describen cómo han aplicado parámetros que se utilizan actualmente para comprender el equilibrio ecológico de los ecosistemas para establecer un cálculo con un margen de error aceptable. En concreto, los autores han aplicado la denominada ley de Darmuth, que permite establecer una relación entre la densidad de población de una especie y su masa corporal, y han analizando los niveles de incertidumbre de sus resultados mediante el método de Montecarlo.
Tiranosaurios solitarios
A partir de la literatura paleontológica actual, los investigadores han descartado a la población juvenil de T. rex, con una morfología tan distinta que algunos han llegado a confundir sus fósiles con los de otra especie, y hábitos alimenticios diferentes.Y con este criterio han reunido datos como la edad de madurez sexual de estos animales, en torno a los 15,5 años, su esperanza de vida (cerca de los 30 años) y la masa corporal media de un adulto (en torno a las 5,2 toneladas). Esto, y el hecho de que una generación de tiranousaurios durara alrededor de 19 años, les ha servido para calcular el ritmo de crecimiento de estas criaturas a lo largo de su vida, y determinar, a partir de la ley de Darmuth que la densidad de población media seria de un animal por cada 100 kilómetros cuadrados.
Calculan que hubo una población media de unos 20000 tiranosaurios en Norteamérica en cualquier momento del Cretácico.
Tomando como referencia este valor, y teniendo en cuenta que el rango geográfico de los T. rex fue de unos 2,3 millones de kilómetros cuadrados y que la especie habitó el planeta durante un periodo de unos 2,5 millones de años, los autores del trabajo han calculado que debió de haber una población media de unos 20000 tiranosaurios en el territorio de Norteamérica en cualquier momento dado del Cretácico. Dado que vivieron alrededor de 127000 generaciones de esta especie en ese periodo, la cuenta arroja como resultado la existencia de unos 2500 millones de tiranosaurios que han bastado el planeta a lo largo de la historia.
Con esta estimación, Marshall tiene elementos para contestar a su pregunta inicial con un margen de incertidumbre un poco más estrecho. Teniendo en cuenta que apenas se han encontrado restos de un centenar de adultos, al juntar este dato con la densidad de animales que algún día habitó Norteamérica, se puede hallar una proporción de cuántos animales vivos dejaron restos fósiles. “De todos los adultos que vivieron alguna vez”, concluye Marshall, “esto significa que tenemos [restos fósiles] de uno de cada 80 millones de ellos”
“Esta puede ser una manera de empezar a cuantificar cuánto no sabemos”, asegura el investigador.
“Si restringimos nuestro análisis de la tasa de recuperación a las zonas donde los fósiles de T. rex son más comunes, como una parte de la formación Hell Creek en Montana”, prosigue, “estimamos que hemos recuperado alrededor de uno de cada 16000 tiranosaurios que vivieron en aquella región en el intervalo de tiempo en el que se depositaron aquellas rocas”. “Nos sorprendió mucho este número”, asegura, “este registro fósil tiene una representación mucho más alta de los animales vivos de lo que al principio pensé”.
Marshall espera ahora que otros colegas revisen y refinen en este método de aproximación al problema, con la esperanza de que sea útil para estimar poblaciones de otras criaturas fosilizadas.Y lo que es más importante, subraya, “con estos números, podemos empezar a estimar cuántas especies de vida corta especializadas geográficamente pueden estar ausentes del registro fósil. “Esta puede ser una manera de empezar a cuantificar cuánto no sabemos”.
Referencia: Absolute abundance and preservation rate of 'Tyrannosaurus rex' (Science)
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