Tomarse una taza de café en un restaurante de Chicago contribuye a la desaparición de los monos araña en Centroamérica. Puede parecer disparatado pero es una de las muchas conexiones que Daniel Moran y Keiichiro Kanemoto establecen en un trabajo publicado este miércoles en Nature Ecology & Evolution. Para llegar a esta relación, por ejemplo, los autores han analizado la contribución de diferentes industrias a la deforestación de las selvas donde viven los monos araña, y las plantaciones de café contribuyen de manera notable.
Hasta un tercio de estas especies están amenazadas por el comercio global, dicen los autores
Lo que establecen ambos autores por primera vez es una especie de mapa global que permite determinar cómo el consumo de productos en un país contribuye al consumo de recursos y a la desaparición de especies en otro. Tras introducir los datos de las casi 7.000 especies en peligro de la lista roja de la IUCN y cruzarlos con los datos de consumo de productos y materias primas entre países, los autores llegan a la conclusión de que hasta un tercio de estas especies están amenazadas por el comercio global. Y el modelo permite conocer cada caso concreto.
De acuerdo con este estudio, por ejemplo, Alemania contribuye a 611 amenazas en todo el mundo, en países tan diversos como Rusia, Sudán y Madagascar. Japón tiene un gran impacto en el entorno oceánico de Nueva Guinea Papúa aún sin importar materias de este país, sino a través de su participación en la minería del oro, que contribuye a la desaparición de los manglares y de especies que viven en ellos. Los autores citan incluso el papel que tiene el consumo en Estados Unidos en la desaparición de especies en el sur de España y Portugal y citan el embalse de Alqueva, en el país vecino, porque afecta a la zona donde habita el lince ibérico. Uno de los motivos para construir esta presa, argumentan, es mejorar el regadío de olivo y eso "incluye el aceite de oliva que se exporta a EEUU".
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Los análisis anteriores, aseguran los autores, no habían tenido en cuenta la cadena que une la demanda de recursos con el consumo final de productos, lo que proporciona una herramienta más completa para conocer qué está sucediendo globalmente para la pérdida de biodiversidad. Estos mapas de impacto de cada país, concluyen puede ser utilizados para elaborar guías de prácticas más sostenible en el futuro y para concienciar a los consumidores de los efectos de sus acciones en esta larga cadena.
Referencia: Identifying species threat hotspots from global supply chains (Nature Ecology & Evolution) DOI 10.1038/s41559-016-0023
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