Se coge un ejemplar de ceratosaurio, se le añaden unos cuantos tiranosaurios frescos y unos cuantos deinonicos, se calienta en el horno de la evolución durante 50 millones de años y voilà, al abrir tenemos un estupendo Archaeopteryx, o ave primitiva. Aunque esto no es más que una simplificación humorística, lo que han hallado el investigador australiano Michael Lee y su equipo podría considerarse como la receta para hacer un pájaro a partir de un gran dinosaurio carnívoro.
Los científicos han analizado 1.500 rasgos anatómicos de 120 especies de terópodos.
En un trabajo publicado este jueves en la revista Science, los científicos han realizado un concienzudo estudio para tratar de entender mejor un tema que lleva años en la mente de los paleontólogos. ¿Cómo pudieron los grandes terópodos evolucionar hacia formas de vida de mucho menor tamaño como las primeras aves? El trabajo ha sido realizado a partir del análisis de 1.500 rasgos anatómicos de 120 especies de terópodos bien documentadas y mediante un complejo sistema estadístico que obtiene información de todas las ramas de ésta y otras familias de dinosaurios.
Fósil de Archaeopteryx (Wikimedia Commons)
La conclusión de los autores es que se produjo un proceso de miniaturización de algunas especies que duró unos 50 millones de años, que se produjo de forma continuada, en varias ramas de los dinosaurios y que incluyó la aparición de distintos rasgos morfológicos que influían unos en otros sin que ninguno fuera determinante. Los resultados indican que los terópodos redujeron 12 veces su tamaño, pasando de una masa media de 163 kg a los 0,8 de Archaeopteryx, la primera ave conocida. En algunos momentos, sostienen, los cambios en los terópodos se produjeron a una velocidad cuatro veces mayor que la media, de modo que de grandes dinosaurios carnívoros se fueron derivando animales más pequeños, más ágiles y mejor preparados para los acontecimientos que produjeron la extinción masiva
“La flexibilidad ayudó a las aves a sobrevivir al impacto mortal del meteorito”
"Las aves surgieron a través de un proceso de miniaturización sostenida de los dinosaurios", asegura Lee. "Ser más pequeños y ligeros en una tierra de gigantes, con adaptaciones anatómicas rápidas, proporcionó a estos ancestros de las aves nuevas oportunidades ecológicas, como subir a los árboles, planear o volar", añade. "Finalmente, la flexibilidad evolutiva ayudó a las aves a sobrevivir al impacto mortal del meteorito que mató a todos sus primos dinosaurios".
En las últimas décadas, desde el hallazgo de una serie e fósiles en China en los años 90 con rasgos de ave, han ido apareciendo nuevas pruebas de que muchos dinosaurios, no solo los terópodos, presentaban rasgos que atribuíamos inicialmente solo a las aves, como las plumas o determinadas estructuras como las espuelas o los huesos huecos. Hace unos días, otro estudio a partir del hallazgo de un fósil de dinosaurio cubierto de protoplumas y escamas sugería que las plumas pudieron estar extendidas entre todos los dinosaurios, de modo que el camino para que aparecieras las aves puede ser más largo y con más pasos de lo que se creía.
Referencia: Sustained miniaturization and anatomical innovation in the dinosaurian ancestors of birds (Science)
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