Ciencia

Los efectos de las vacunas COVID-19 en embarazadas: un estudio revela su verdadero carácter heredado en bebés

La investigación evalúa la exposición a diferentes riesgos neonatales después de recibir alguna de las dosis contra la enfermedad durante el periodo del embarazo

El COVID-19 se ha convertido en una enfermedad persistente, como también lo hizo, por ejemplo, la gripe en su momento. Consolidado como uno de los temas de mayor interés humano desde su estallido a finales de 2019, dicha afección se ha convertido en el foco de numerosas conjeturas y conspiraciones. Por ejemplo, una de ellas fue el pensamiento extendido de que aquellas mujeres embarazadas que recibían las dosis de la vacuna, transmitían riesgos y diferentes problemas a los futuros bebés. Empero, esto último no es cierto.

Así lo ha dado a conocer el estudio más grande hasta la fecha sobre la seguridad de estos casos particulares. La vacunación durante el embarazo se ha asociado con tasas reducidas de COVID-19 en personas embarazadas y sus recién nacidos. Con base en estos hallazgos y un seguimiento cuidadoso de los resultados que muestran un potencial adverso, los científicos no sólo desestiman la idea difundida durante la pandemia sino que, por el contrario, recomiendan la vacunación durante el embarazo ante el riesgo de uno de los mayores problemas enfrentados en los últimos años.

Tal y como señala el Ministerio de Sanidad, publicados por última vez el 30 de junio de 2023, España ha llegado a notificar alrededor de 14 millones de casos confirmados de COVID-19 y más de 120.000 fallecidos. Desde entonces la estrategia de vigilancia y control frente a la enfermedad se ha centrado en situaciones específicas que incluyen fundamentalmente personas con criterios de vulnerabilidad o relacionadas con ámbitos vulnerables, así como aquellas que precisan ingreso hospitalario. No obstante, no han sido pocos los repuntes o las olas de COVID-19 que se han desarrollado desde entonces, indicando paralelamente la necesidad de vacunación.

Además, casi todas las investigaciones que florecen a posteriori dan mayor evidencia a dicha tendencia: las vacunas contra la afección que en su día se pusieron en duda, nutren al organismo de diferentes beneficios. También en el caso comentado anteriormente, el de las embarazadas y sus bebés, quienes han sido el objeto de estudio de uno de los últimos ensayos científicos sobre la materia.

Las vacunas COVID-19 en embarazadas no afectan negativamente a los bebés

El equilibrio entre los beneficios y los riesgos de la vacunación contra el COVID-19 durante el embarazo puede tener más matices entre los recién nacidos que entre las personas en edad fértil. Pero estos matices, al contrario de lo que se pensaba, son en su amplia mayoría positivos. Por ejemplo, se demuestra que la transmisión vertical de la enfermedad es baja, entre el 1% y el 3%, o que la infección en estos bebés puede ser más leve incluso que en el resto de niños, así como el número y la incidencia de hospitalizaciones.

Por otro lado, las preocupaciones sobre posibles efectos adversos fetales y neonatales han dado lugar a tasas de vacunación más bajas entre las personas embarazadas que en la población general de la misma edad. Sin embargo, la vacunación no se ha asociado con resultados adversos del embarazo ni con mayores tasas de admisión en la atención neonatal, aunque estos datos son limitados.

Toda esta información forma parte de un reciente estudio en el que colaboran investigadores suecos y noruegos y que supone el estudio más grande hasta la fecha sobre la seguridad de los recién nacidos cuyas madres fueron vacunadas contra el COVID-19 durante el embarazo. Es más, dicho ensayo, que incluyó a 94.303 bebés expuestos a las dosis y 102.167 bebés de control nacidos entre junio de 2021 y enero de 2023, demostró que los primeros tenían menos probabilidades de sufrir complicaciones, incluida la muerte.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron registros nacionales de ambos países e incluyeron, en total, 196.470 recién nacidos (el 98% del total). Además, el 48% de las madres habían sido vacunadas con una o más dosis de una vacuna contra la COVID-19: casi el 80% de ellas había recibido la vacuna Pfizer, mientras que un poco más del 20% eran partícipes de las dosis propias de Moderna.

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