Los niños que ven crecen rodeados de letras, desde que nace hay palabras escritas por todas partes y no les resulta difícil familiarizarse con ellas cuando empiezan a aprender en el colegio. Los niños ciegos, en cambio, no tienen el alfabeto Braille tan a mano ni están en contacto permanente con los símbolos desde que son pequeños. Para poner remedio a esta circunstancia, la ONCE ha empleado tres años de trabajo y 500.000 euros de inversión para desarrollar el sistema ‘Braitico’, un método integral e inclusivo que permitirá a los niños invidentes tener contacto con la lectoescritura en Braille desde la cuna.
Más de 400 docentes de todo el país atienden a 7.500 alumnos ciegos o con discapacidad visual grave en sus aulas
"Teníamos distintos manuales pero hacía falta un método moderno inclusivo con el que pudiéramos aplicar las nuevas tecnologías, atractivo, y que fuera para todos, que disfruten los niños ciegos y los videntes y facilitar el trabajo a los profesionales", explica el director de Servicios Sociales de la ONCE, Andrés Ramos. El sistema se introducirá en todas las aulas donde haya escolarizado algún alumno con discapacidad visual, a lo largo del presente curso escolar, y será una herramienta fundamental para más de 400 docentes de todo el país que atienden a 7.500 alumnos ciegos o con discapacidad visual grave en sus aulas y que hasta ahora no contaban con un método apropiado para desarrollar un programa de alfabetización.
Dimensiones, espacio y letras
El aprendizaje y familiarización con el lenguaje Braille se hace progresivamente. Para ello, el método ‘Braitico’ se divide en cuatro módulos diferenciados por la edad, desde el nacimiento hasta el final de la Educación Primaria. En el primero, de 0 a 2 años, los críos trabajan con ejercitando el desarrollo sensorial y en especial el tacto, manejando láminas y puzzles que les ayudan a distinguir texturas y formas sencillas. En este periodo aprenden, por ejemplo, a distinguir la forma de una estrella, de un pulpo o de una persona. En el segundo módulo (de 2 a 5 años) los niños comienzan a aprender la secuencia de lectura de izquierda a derecha, a manejar conceptos numéricos básicos y a coordinar las dos manos para distinguir formas tridimensionales.
Imagen Maripoints
Un aspecto importante es que todo el material de trabajo facilitado por la ONCE en estas primeras etapas tiene la parte táctil y visual, de forma que los alumnos que ven pueden implicarse y participar en las tareas del niño ciego, integrándolo en el aula. Para cada alumno se elabora un plan individualizado de atención, según sus necesidades, y se le asigna un maestro itinerante encargado, entre otras funciones, de asesorar al centro y al profesorado de aula, así como a las familias.
En el tercer módulo (de 5 a 8 años) los alumnos toman contacto por primera vez con la que será su herramienta para aprender a leer el Braille: el signo generador de seis puntos, el esquema que alternando su configuración conforma las distintas letras. Con la mariposa Maripoitns, por ejemplo, aprenden a colocar los puntos en distintas posiciones y aprender sus primeras letras en Braille que luego serán capaces de interpretar en un texto. También se familiarizan con la línea braille, el aparato (sustituto mejorado de la famosa máquina Perkins) que les permitirá leer y escribir con rapidez en el futuro. Los primeros contactos son en forma de juego. Ayudado pro su profesor, Elías sigue los puntitos de la línea de Braille buscando una “ranita” que se ha escondido en el bosque. Cuando encuentra una irregularidad, un punto que sobre sale en la línea, aprieta el botón y consigue puntos. De esta forma, su sensibilidad táctil se va refinando y el lector pasa a ser algo cotidiano y divertido para el niño. En esta fase se identifican las primeras letras y se realizan juegos para distinguir aquellas que pueden producir confusión en el lenguaje Braille, como la ‘e’ y la ‘i’. Con el juego del balancín, por ejemplo, el niño sube y baja un elefante y una iguana para descubrir debajo, e identificar, la letra correspondiente y aprender a diferenciarlas.
BALANCÍN
El último módulo 4 ‘(que va desde los 8 a los 13 años) pretende afianzar el braille para su uso con velocidad, eficacia, utilidad y placer.. Se trabaja fundamentalmente desde el ordenador y con libros y papel. Naiara, que tiene diez años, hace una demostración jugando con una tableta en la que debe identificar determinadas palabras, hacer asociaciones o resolver adivinanzas mediante escritura Braille. El ordenador le da las instrucciones y la niña tantea el tablero en busca de soluciones que debe resolver con el manejo de la lectoescritura.
VIDEO NAIARA
“Muchos de los materiales que había hasta ahora eran solo láminas con puntos Braille, que al final son menos atractivos para ellos y sus compañeros, y es mas difícil integrarse”, explica Elena Gastón, maestra y coordinadora técnica del método ‘Braitico’. Hasta ahora había cartillas y programas de ordenador sueltos, pero nada que integrara todos estos materiales como el nuevo sistema. “Lo importante de este método es lo que aporta”, concluye Ramos, “que es una manera lúdica de aprender Braille desde esa época inicial de descubrimiento del mundo hasta fases psoteriores. Y hacer todo ese proceso con materiales bonitos y variados que componen el que es hoy por hoy mejor método del mundo en la enseñanza del sistema Braille, que es lo que a nosotros, las personas ciegas, nos permite estar alfabetizados”.
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