Estar obeso o tener sobrepeso cambia la información genética que contiene el esperma y condiciona las posibilidades del hijo de desarrollar el mismo problema en el futuro. Son las sorprendentes conclusiones de un estudio realizado por Romain Barrès, de la Universidad de Copenhague y publicado esta semana en la revista Cell Metabolism, en el que analizaron las marcas epigenéticas en zonas relacionadas con el apetito en los espermatozoides de 13 hombres delgados y 10 obesos.
Estudiaron los espermatozoides de 13 hombres delgados y 10 obesos.
Para asegurarse de que los efectos tenían una relación directa con el peso, los científicos realizaron una segunda fase del estudio en la que analizaron el esperma de seis hombres sometidos a una cirugía para adelgazar. El resultado mostró hasta 5.000 cambios estructurales en el ADN del esperma comparando las muestras recogidas antes de la operación, un poco después y un año más tarde.
Los autores creen que estos resultados podrían aportar una explicación biológica al hecho de que los niños de padres obesos estén más predispuestos a ser obesos, pero se necesita conocer mejor estos mecanismos que varían con el ambiente. Lo que sí parecen tener claro es que el esperma porta información sobre la salud del varón en el momento.
"Nuestro estudio podría llevar a cambiar los comportamientos, especialmente el del padre antes de la concepción", asegura Barrès. "Es de conocimiento común que la mujer tiene que cuidar de sí misma cuando está embarazada - como no beber alcohol, alejarse de contaminantes, etc.- pero si lo que implica nuestro estudio es cierto, entonces las recomendaciones deberían dirigirse a los hombres también".
El estrés nutricional de los abuelos se puede transmitir a los nietos
Barrès explica que su trabajo se ha inspirado en los resultados obtenidos en 2005 en un estudio que demostró que la escasez de comida en una aldea sueca durante un periodo de hambruna se correlacionaba con el riesgo de los nietos de sus habitantes de desarrollar enfermedades cardiometabólicas (DOI 10.1038/sj.ejhg.5201538). Lo que se vio en aquel trabajo pionero fue que el estrés nutricional de los abuelo podía pasar a las generaciones siguientes a través de marcas epigenéticas en el ADN, mediante grupos de metilo que cambian la expresión de los genes.
Estos resultados se habían visto en ratones y ratas, pero los efectos en humanos y la importancia de los estilos de vida en la información genética aún no se conocen a fondo. En opinión de Barrès, la carga genética favorece el sobrepeso porque la mayor parte del tiempo los humanos han vivido en escasez. "Solo desde hace poco la obesidad ha dejado de ser una ventaja", argumenta. "Hace tan solo unas décadas la capacidad para almacenar energía era una ventaja para resistir las infecciones y las hambrunas". Para profundizar en el conocimiento de estos mecanismos su equipo trabaja ahora con una clínica de fertilidad para analizar las diferencias genéticas en los embriones descartados en función del peso de los padres.
Referencia: Obesity and Bariatric Surgery Drive Epigenetic Variation of Spermatozoa in Humans (Cell Metabolism) http://dx.doi.org/10.1016/j.cmet.2015.11.004
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