Cada vez que un atleta consigue una medalla de oro en algún deporte, por minoritario que sea, las autoridades políticas se pelean por hacerse una foto con él. No es el caso de Alejandro Epelde, quien consiguió la primera medalla de oro en la Olimpiada Internacional de Física (IPhO 2018) celebrada hace unos días en Lisboa. Sus compañeros consiguieron también dos Medallas de Bronce y una Mención de Honor, el mejor resultado jamás obtenido por el equipo de España en estas competiciones. En la ceremonia de entrega sí estuvo el ministro de Educación portugués y envió unas palabras el propio Presidente de la República de Portugal, pero no había ningún representante del Gobierno español para felicitarles. Como tampoco hubo apoyo para quienes participaban en ninguna de las anteriores fases de las Olimpiadas científicas que se celebraron este año, a pesar de ser uno de los grandes caladeros de futuros talentos.
Por primera vez en décadas, este año España no podrá participar en la Olimpíada Iberoamericana de Física
“Por primera vez e inexplicablemente, este año las Olimpíadas de Física se han realizado sin la tradicional subvención del Ministerio de Educación”, se quejan desde la Real Sociedad Española de Física (RSEF), que ha tenido que cubrir de sus fondos los desplazamientos y la estancia de los estudiantes, así como el pago de la cuota de inscripción de España (3500 euros) en la Olimpiada. “Esta inexplicable falta de interés real del Ministerio de Educación en apoyar a sus mejores estudiantes de ciencias se traducirá en que, por primera vez en décadas, este año España no podrá participar en la Olimpíada Iberoamericana de Física, que se celebrará en Puerto Rico, como siempre lo ha venido haciendo”, aseguran desde la RSEF. Los Presidentes de las Reales Sociedades de Física, Química y Matemáticas ya denunciaron hace unos meses lo que estaba sucediendo en un artículo titulado ‘Las Olimpíadas Científicas y el menosprecio de la Ciencia’ publicado en el diario El Mundo.
El desdén de las autoridades comenzó con el gobierno del PP y de momento no ha habido cambios bajo la administración de Pedro Sánchez. La fase Nacional de las Olimpiadas de Física, Química y Matemáticas “se realizaron sin que el Ministerio hubiera publicado ni siquiera la correspondiente convocatoria, y sin que se hubiera comprometido a una subvención, por escasa que fuera, para cubrir los gastos de la posterior participación en las siguientes fases, la internacional o la iberoamericana”, aseguran desde la RSEF. Estas competiciones se organizan gracias a la colaboración desinteresada de decenas de profesores que prestan su experiencia y conocimiento para diseñar, preparar, ejecutar y corregir las pruebas en cada una de las fases. La final de la Fase Nacional de las Olimpiadas de Física que se celebró en abril en Valladolid pudo salir adelante gracias al apoyo de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León y de la Universidad de Valladolid. Con este apoyo se cubrieron los gastos de estancia durante tres días de los cerca de 200 personas entre participantes y delegados, los gastos del material de las pruebas prácticas, entre otros muchos que hasta ahora se habían financiado mediante la aportación directa del Ministerio.
Estas competiciones se organizan gracias a la colaboración desinteresada de decenas de profesores
El apoyo económico que piden las asociaciones es, según ellas, “modesto pero imprescindible”. “El Gobierno sabe bien, sin duda, que prestigiar la Marca España requiere hechos y recursos, no sólo palabras”, subrayan desde la RSEF. Alejandro Epelde, el joven madrileño que ha ganado la Medalla de Oro y quedó en el puesto 36 del ranking global, cree que “la falta de apoyo por parte del gobierno muestra lo poco que se preocupa por el desarrollo de la ciencia en nuestro país”. “Sin las olimpiadas científicas” añade, “existe el riesgo de que el talento científico de los jóvenes de España no sea reconocido y por tanto no pueda ser aprovechado tanto como podría”. Él mismo es uno de esos talentos que España perderá y entrará previsiblemente en septiembre en la Universidad de Cambridge a estudiar matemáticas. Se irá de España con una medalla de Oro, pero sin el reconocimiento y la ayuda de su gobierno. Eligió un mal país para ser un “atleta de la mente”.
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