Las órbitas de los ojos en el cráneo humano son únicas en comparación con las del resto de primates. Es la conclusión que presenta el equipo de Eric Denion en un trabajo publicado en la revista Scientific Reports para el que han analizado y comparado 100 cráneos humanos con los de 120 simios.
Han analizado y comparado 100 cráneos humanos con los de 120 simios.
El resultado indica los humanos y los gibones tienen órbitas significativamente menos convergentes (menos enfocadas hacia el frente) que otras especies como chimpancés, orangutanes o gorilas. Las cavidades orbitarias humanas son más anchas que largas y presentan el mayor ratio altura/anchura, lo que nos proporciona la mayor visión lateral que el resto de primates.
Por otro lado, el límite externo de las órbitas, se sitúa más atrás en los humanos que en las otras especies, lo que combinado con la posición más adelantada de nuestros globos oculares reduce los obstáculos visuales y mejoró, probablemente, nuestra capacidad para observar el ambiente en espacios abiertos.
Los biólogos sospechan que estos rasgos físicos pudieron ser resultado de otros cambios evolutivos en el cráneo humano, como la pérdida paulatina del hocico y que quizá se vio favorecida con el cambio de hábitat de los primeros homínidos, de los bosques a las anchas estepas. De hecho, se cree que otros primates no tienen las órbitas tan expuestas porque eso favorecería las lesiones en los ojos al moverse entre las ramas.
Un mayor campo visual también tuvo algunos costes, como las cataratas
Por último, los científicos creen que esa mejor posición de los ojos y el consecuente mayor campo visual tuvo también algunos costes, como una mayor exposición a los rayos ultravioleta y la aparición de problemas como las cataratas.
Referencia: Unique human orbital morphology compared with that of apes (Scientific Reports) DOI 10.1038/srep11528
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