Ciencia

La similitud entre la falta de oxígeno en los océanos y la extinción de ecosistemas marinos

Un estudio científico pone de relieve la peligrosa situación que atraviesan los grandes mares

El ser humano no es consciente de la importancia de los océanos. Tanto para las personas y la población como para el resto del planeta. Las grandes masas de agua que componen gran parte de la hidrosfera cumplen con varias funciones vitales para todos los seres vivos que se dan cita en el mundo. Por ejemplo, estos proporcionan agua dulce (puesto que la mayor parte de la lluvia procede de los océanos) y casi todo el oxígeno existente en La Tierra. También moderan el clima, ejercen una poderosa influencia sobre el tiempo meteorológico y afectan, en gran medida, a la salud del ser humano.

De los océanos se obtienen, además, alimentos, medicinas o recursos minerales y energéticos, a la par que también proveen trabajo, dan soporte a la economía nacional de un país y a la internacional, sirven como una amplia autopista para el transporte de bienes y de gente y son origen de inspiración, recreación, rejuvenecimiento y descubrimiento, tal y como apunta el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, antiguo Ministerio de Medio Ambiente. Y eso que solo se han mencionado algunas cualidades que las muchas que dota al bienestar mundial.

Pero el problema llega con la proclamación del antropocentrismo, aquella doctrina que sitúa al ser humano como medida y centro de todas las cosas y que, en la ética, defiende que sus intereses son aquellos que deben recibir atención por encima de lo demás. El desarrollo y las actividades humanas dan lugar a todo tipo de ejercicios perjudiciales para los océanos. Entre ellos destacan contaminaciones, alteraciones químicas o modificaciones físicas.

Por otro lado, una de las principales consecuencias derivadas del malestar que presentan actualmente los océanos es que gran parte del porvenir de la fauna y la flora marina está manos de los seres humanos, por no decir toda al completo. Y más con las claves que se apuntan en las últimas investigaciones. Un grupo de científicos ha descubierto un vínculo preocupante entre los actuales niveles de desoxigenación oceánica y una de las grandes extinciones de la historia, con fecha hace aproximadamente 200 millones de años.

La ausencia de oxígeno en los océanos podría desencadenar la extinción marina

El estudio, publicado en la revista Nature Geosciences, evidencia la existencia de un vínculo sorprendente entre el pasado y el presente de los océanos, arrojando una nueva luz sobre el papel que jugó la falta de oxígeno en estos durante la extinción masiva del Triásico-Jurásico (el famoso reino de los dinosaurios) y las condiciones que se alcanzan en la actualidad. Este remoto fenómeno afectó de forma significante en la vida de la superficie y los océanos: desaparecieron cerca del 20% de la mayoría de las familias biológicas marinas y de los antiguos mamíferos, anfibios y moluscos.

Las investigaciones recientes se llevaron a cabo basándose en datos químicos de depósitos de lutita antigua (rocas sedentarias porosas; de las más extendidas por todo el mundo) obtenidos a partir de núcleos de perforación en países como Irlanda del Norte o Alemania. A raíz de su estudio, el grupo de científicos reveló dos aspectos clave de la extinción masiva: que los pulsos de desoxigenación de los océanos (en los márgenes del continente europeo) coincidían en ese momento directamente con mayores niveles de extinción en esos lugares y que esos niveles son muy similares a los actuales.

Tal y como apuntan los investigadores, lo más relevante del ensayo es que el desarrollo local de condiciones anóxicas (zonas de agua en las que el oxígeno disuelto está agotado) y el posterior aumento de las tasas de extinción pueden provocar un colapso y extinciones generalizadas o globales de los ecosistemas, incluso en áreas donde no se produjo la desoxigenación. Esto demuestra que los ecosistemas marinos globales son muy vulnerables, incluso cuando únicamente se alteran los ambientes locales de los bordes.

Además, la ausencia de oxígeno en los océanos desarrollaría una magnitud suficiente para alterar el ciclo global de otros elementos vitales como el nitrógenos o el fósforo, ambos fundamentales para la vida en el planeta. Pero lo peor de todo es que la desoxigenación es solo una de las múltiples amenazas que enfrentan actualmente los océanos del mundo. Por ejemplo, la "osteoporosis del mar" es otra señal preocupante del deterioro ambiental marino, fomentado por la disolución de las conchas de almejas o mejillones debido a los abundantes niveles disueltos en sus aguas de dióxido de carbono.

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