Los gatos pueden cambiar su comportamiento cuando escuchan la voz de su dueño hablando en un tono dirigido a ellos, pero no cuando escuchan la voz de un extraño o la voz de su dueño dirigida a otra persona.
Es la principal conclusión de nuevo estudio que se basa en una serie de pruebas con un grupo de 16 gatos y se suma a la evidencia de que los gatos pueden formar fuertes lazos con su dueño.
Dede hace décadas los científicos han analizado con detalle cómo cambie el tono de nuestro discurso dependiendo del sujeto con el que hablamos, ya sean otros adultos, bebés o mascotas. En estudios anteriores se había observado, por ejemplo, que el tono del habla humana cambia cuando se dirige a los gatos, pero hasta ahora no se había analizado con detalle cómo reaccionan los gatos ante este hecho.
Gatos atentos
En el nuevo trabajo, publicado este martes en la revista Animal Cognition, el equipo de Charlotte de Mouzon, de la Université Paris Nanterre (Nanterre, Francia), exponen los resultados obtenidos tras analizar cómo reaccionaban 16 gatos a las voces pregrabadas tanto de su dueño como de un extraño al decir frases en tonos dirigidos a gatos y adultos humanos.
Los autores analizaron cómo reaccionaban 16 gatos a las voces pregrabadas tanto de su dueño como de extraños
Los autores investigaron tres condiciones, con la primera condición cambiando de la voz de un extraño a la voz del dueño del gato. La segunda y tercera condiciones cambiaron el tono utilizado (dirigido al gato o dirigido al adulto) por la voz del dueño del gato o de un extraño, respectivamente. Los autores registraron y calificaron la intensidad del comportamiento de los gatos que reaccionaban al audio, comprobando comportamientos como el reposo, el movimiento de las orejas, la dilatación de las pupilas y el movimiento de la cola, entre otros.
Dueños y extraños
En la primera condición, 10 de los 16 gatos mostraron una disminución en la intensidad del comportamiento cuando escucharon tres clips de audio de la voz de un extraño llamándolos por su nombre. Sin embargo, al escuchar la voz de su dueño, la intensidad de su comportamiento aumentó significativamente de nuevo. Los gatos mostraron comportamientos como girar las orejas hacia los altavoces, aumentar el movimiento alrededor de la habitación y dilatar las pupilas al escuchar la voz de sus dueños. Los autores sugieren que el rebote repentino en el comportamiento indica que los gatos pueden discriminar la voz de su dueño de la de un extraño.
El resultado muestra que los gatos pueden discriminar la voz de su dueño de la de un extraño.
En la segunda condición, 10 gatos (8 de los cuales eran los mismos de la primera condición) redujeron su comportamiento cuando escucharon el audio de su dueño en un tono dirigido a un adulto, pero aumentaron significativamente su comportamiento cuando escucharon el tono dirigido por su dueño hacia el gato. Y lo más relevante: el cambio en la intensidad del comportamiento no se encontró en la tercera condición cuando un extraño hablaba en un tono dirigido a un adulto y dirigido a un gato.
Conocer los vínculos
En resumen, los autores observaron que los gatos pueden distinguir cuando su dueño habla en un tono dirigido a un gato en comparación con un tono dirigido a un adulto, pero no reaccionaron de manera diferente cuando un extraño cambia de tono.
Es posible que el pequeño tamaño de muestra utilizado en este estudio no represente todo el comportamiento de los gatos, pero los autores proponen que investigaciones futuras podrían investigar si sus hallazgos pueden replicarse en gatos más socializados que están acostumbrados a interactuar con extraños.
Los autores sugieren que sus hallazgos aportan una nueva dimensión a las relaciones entre gatos y humanos
Los autores sugieren que sus hallazgos aportan una nueva dimensión a las relaciones entre gatos y humanos, y que la comunicación entre gatos se basa potencialmente en la experiencia de la voz del hablante. Concluyen que las relaciones uno a uno son importantes para que los gatos y los humanos formen vínculos fuertes.
Un trabajo reciente publicado en la revista Science mostraba un comportamiento similar en los perros. A partir del análisis de la actividad cerebral de varios perros mientras se les exponía a una grabación de la voz de sus dueños, los investigadores concluyeron que estos animales son capaces de procesar tanto nuestras palabras como la entonación con que las pronunciamos.
Referencia: Discrimination of cat‑directed speech from human‑directed speech in a population of indoor companion cats (Felis catus) (Animal Cognition) DOI 10.1007/s10071-022-01674-w
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